Natalia, Ganem y una venganza en proceso

Dicen que en la política no hay casualidades, sino causalidades. Y es que en la torre de poder de la ciudad de Torreón, las oficinas no solo son cubículos de trabajo, sino trincheras de guerra. La historia de hoy tiene como protagonistas a Natalia Fernández, la «querida síndica»; Pepé Ganem, «el secretario en trámite del ayuntamiento»; y su esposa, Marta Rodríguez, la «víctima» de una guerra de sombras en los medios.

Cuentan las lenguas afiladas que cuando Natalia llegó como Secretaria del Ayuntamiento, su primer objetivo no fue mejorar la administración, sino hacer una limpia. Y en esa limpia, Pepé Ganem fue de los primeros en recibir «atención especial». Al inicio, el alcalde Román Cepeda, en su infinita benevolencia, le había asignado una oficinita en el séptimo piso, pero Natalia, con el acceso directo al poder, lo fue desplazando poco a poco hasta relegarlo a un espacio que nunca ocupó. Pero, eso sí, el cheque de 32 mil pesitos mensuales nunca le faltó, aunque su «trabajo» se reducía a recibir a lideresas en un cafecito de vez en cuando. Qué sacrificio.

Pero donde la cosa se pone más interesante es con su esposa, Martha Rodríguez, jefa de Tribunales. Se dice que Natalia no solo la bloqueó de los medios, sino que directamente instruyó a Comunicación Social para que la desaparecieran de la agenda informativa. La orden era clara: si Martha hacía algo, no se informaba. Y si por alguna razón se filtraba un boletín, era uno al mes… y ya era mucho. No es de extrañarse que Marta no mostrara sororidad cuando Román maltrataba a Natalia en público.

La cosa no quedó ahí. Natalia, con el apoyo de su inseparable #LadyFayuca o Malinche, no solo controlaba la comunicación, sino que además financiaba a columnistas para que se fueran con todo contra los funcionarios que no estaban en su gracia. ¿El presupuesto? Autorizado por Víctor Navarro, sin problema. ¿Los blancos? Los que ella decidiera. Y, casualmente, Marta Rodríguez siempre estaba en la lista. De hecho, muchos recuerdan cuando la segunda de Comunicación, en tiempos de pandemia, esparció la captura de pantalla de Martha vendiendo trajes de baño en grupos de ninis.

Ahora, el juego de poder ha dado otro giro en esta segunda temporada y parece que Pepé está aprovechando la nueva coyuntura y busca ajustar cuentas. En la política, lo único seguro es que los enemigos de hoy pueden ser los aliados de mañana, y que en esta torre de poder, los malpensantes en Torreón aseguran que Ganem ha mandado al equipo jurídico del ayuntamiento a Saltillo a interponer una denuncia por las irregularidades en terrenos en los tiempos de Natalia, cuando se sentía alcaldesa. Entre el equipo jurídico está Eder Jesús Farías Cedillo, quien no hace mucho era segundo de Natalia. Pero hoy todos se vigilan, todos se traicionan y, al final, solo queda el rastro del café frío y los expedientes olvidados en un escritorio vacío. Sin embargo, otros creen que esta denuncia es más un rumor para que la síndica vaya viendo cómo se pondrá la cosa si sigue con la idea de ser candidata a diputada, algo que estorba a Ganem, pues quiere a su mujer como candidata. Por lo pronto, Natalia, desde que llegó de Europa, se la pasa pidiendo reflectores en los eventos donde pocos la toman en cuenta, pues sus acciones tampoco han sido las más dóciles; pocos o nadie la aguanta, ni funcionarios ni medios.

El Espresso del Día se sirve caliente… y con extra de intriga política.

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