De las traiciones al camión fantasma

Dicen que de la calumnia, algo queda… y de la omisión, todo apesta.

Aquí no venimos a meter las manos al fuego por nadie —y mucho menos por políticos. Ya lo decía un filósofo del cinismo mexicano: “en política, el dinero se consigue de donde se pueda”. Y no, no lo decimos únicamente por el presunto nuevo saqueo de 5.9 millones de pesos desde la Tesorería, operado con guante blanco por Óscar Luján… eso es apenas el aperitivo.

El plato fuerte viene de una dependencia municipal que, en los primeros tres años de esta administración, parecía haber recuperado un mínimo de dignidad tras el desastre viral que dejaron Pedro Luis Bernal y compañía en la era panista de Jorge Zermeño. Pero hoy, mueven los reflectores a Tránsito y Vialidad. Y ya no solo hacen ruido los motores, sino también los nombres.

Esa corporación parte de la Dirección General de Vialidad y Movilidad Urbana, encabezada por por el experiodista Luis Morales, en su primer trieño logró estar al margen de ka polémica , al menos públicamente Pero hoy tambalea como cafetera vieja: goteando denuncias, salpicando funcionarios y desbordando impunidad.

¿Casualidad? Claro que no. La administración municipal entera está en su punto más álgido. El horno político no está para bollos, y ante la urgencia de aplicar una “operación curita”, los operadores del poder están dispuestos a salvarse los que puedan, así tengan que pisotear al primero que levante la mano.

¿Quién dijo que el enemigo está afuera? El enemigo duerme en casa.
Pero eso sí: se cuidan de la prensa, como si fuéramos nosotros quienes damos permisos, cobramos moches o dejamos pasar camiones ilegales.

Lo repetimos: aquí no somos abogados del diablo.
Pero tampoco sordos. Las denuncias ciudadanas llegan más seguido que las respuestas oficiales.


Un camión, muchos silencios

El 14 de abril, como desde hace más de una década, un camión de carga con placas 338-AH-9 amaneció estacionado frente a la casa de una madre lagunera en la avenida Torre Latino #5772, Fraccionamiento Horizonte. Para muchos, una escena cotidiana. Pero detrás de esa lámina oxidada hay algo peor que el escape contaminante: una red de impunidad institucional.

El camión, propiedad de Enrique Vidaña, ha sido denunciado una y otra vez por generar smog, ruido excesivo, cuartear una pared vecina y violar el reglamento vial. Las autoridades lo saben. Hay folios. Hay fotos. Hay pruebas. Pero también hay algo más: silencio institucional.

Y no se trata solo del vehículo. Se trata de los apellidos que lo rodean: Enrique Vidaña Ortiz (hijo), y María Vidaña Ortiz, presunta perito de la PGR. Dos nombres que, según vecinos, podrían estar utilizando sus cargos para blindar las infracciones de papá… con tal eficiencia que ni una mísera multa ha tocado el parabrisas.

Más grave aún: están en la mira funcionarios municipales.Uno de ellos es Mario Alberto García Campos, Director de Tránsito y Vialidad, señalado por vecinos como presunto beneficiario de una red de favores, simulación y vista gorda. Las quejas están registradas con folios:

  • Octubre 2024: 241003AGAC015-03
  • Marzo 2025: 250325AGAC030-08

¿La respuesta? El guion clásico: promesas vacías, sonrisas forzadas y el viejo “déjenos su número y le llamamos”.
La ciudadana Airam Palacios se lo sabe de memoria. En sus palabras: el primer día fue atendida con amabilidad; los otros dos, con puro desdén.

La Constitución —sí, esa que tanto presume el poder— dice en su Artículo 4º que todos tenemos derecho a un medio ambiente sano. Pero en Torreón, ese derecho depende de cuánto ruido hagas… o a quién molestes.


Este espresso se sirve amargo. Huele a diésel rancio, suena a corrupción callada y deja un regusto a injusticia normalizada.

También se denuncia la burocracia inútil de áreas que deberían ser nobles, como Atención Ciudadana.
El colmo: en la propia página de Transparencia del Municipio de Torreón, el sistema no funciona. La opacidad ya no es una falla: es una política.


¿Hasta cuándo Torreón seguirá tolerando que el poder de unos cuantos aplaste los derechos de muchos?
¿Hasta cuándo estos directores seguirán cobrando sueldos públicos mientras evaden la ley como si fueran los dueños de la calle?

Ojo: esto no es calumnia. Esto es una denuncia ciudadana con nombre, apellido y folio.

Y aquí, como en la buena cafetería,
servimos el espresso caliente… y sin tapaderas.

Un comentario

  1. Hola buenos días, estoy muy agradecido con ustedes por haberle dedicado esta edición de su gran y critica revista a mi queja.

    Una pequeña correción: la casa #5772 es la casa del Sr. Enrique Vidaña, mi madre habita en la casa #5773 y el camión de carga esta a un costado dd la casa de mi madre y enfrente de la plaza pública.

    Vuelvo a repetir que el día sábado 19 de octubre de 2024 el agente de vialidad Daniel Martínez (quien conducía la patrulla de vialidad V40) me dijo que «según el reglamento» un vehículo de más de 6 metros no debía estar en una zona residencial.

    Es evidente que mis familiares (mi madre y hermano) y yo estamos siendo víctimas de un muy bien elaborado acto de corrupción en el cual están involucrados el Lic. Luis Alberto Morales Cortés (Director General de Vialidad y Movilidad Urbana), Lic. Mario Alberto García Campos (Director de Tránsito y Vialidad), Sr. Enrique Vidaña, Enrique Vidaña Ortiz (hijo), María Vidaña Ortiz, Lic. Cristian López Director de Atención Ciudadana Torreón.

    La Sra. Airam Palacios me atendió fue muy servicial y amable el primer día que acudí a Atención Ciudadana Torreón a poner mi queja en contra del camión de carga no así los siguientes qué volví acudir nuevamente a la mencionada dependencia municipal.

    El segundo y tercer día que acudí (a Atención Ciudadana Torreón) fui tratado mal por los siguientes servidores públicos de Atención Ciudadana Torreón: Sra. Airam Palacios (Atención al ciudadano), Sr. Elmer Cruz (Auxiliar), Sr. Salvador Rodríguez (Auxiliar), Sra. Valeria Flores (Atención al ciudadano), Lic. Roberto Goytia (Enlace Jurídico) y la Oficial Leticia Grada (Policía preventiva de la D.S.P.M. de Torreón).

    Lo más grave fue cuando pude ver que la Oficial Leticia Grada quiso desenfundar su arma de cargo para intimidarme y muy probablemente para apuntarme y dispararme.

    Hasta luego.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *