Sheinbaum vino por la fotodel ISSSTE; Torreón gritó por justicia

Este viernes, Torreón llegó a más de 40 grados centígrados, y no solo por el sol lagunero: también por el calor político y social que desbordó la muy coreografiada inauguración del Hospital Regional de Alta Especialidad (HRAE) del ISSSTE.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, aterrizó con sonrisa, corte de listón y discurso de unidad… pero también con un fondo de gritos, pancartas y ese tufo a inconformidad que no se barre ni con cloro institucional.

El hospital costó más de 3 mil millones de pesos —porque en este país la salud pública cuesta, pero lo que más cuesta es hacerla creíble—. Eso sí, aún le faltan “detallitos”: el acelerador lineal para radioterapia y un piso completo para trauma, que sigue improvisadamente reubicado en Medicina Interna. Pero no se preocupen… la foto salió preciosa.


Toldos, aplausos, prensa oficial… y mucho, mucho sudor. No solo del pueblo. También del alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda, recibido con pancartas, consignas y gritos de “¡asesino!”, en referencia al caso de Rolando Medina, fallecido a manos de la Policía Municipal en Nuevo Mieleras. Dicen que sudó más que los paramédicos de guardia… y eso ya es decir.


Los abucheos se repitieron en la tarima. En la pasarela del poder, nadie quería ensuciarse el uniforme. Todos sonrieron, fingieron demencia selectiva, y en otro acto de gobernanza escénica, la presidenta pidió respeto. A diferencia de su antecesor Andrés Manuel López Obrador, a quien le gustaba que insultaran a sus adversarios, Sheinbaum se mantuvo en modo prefecta estricta. Y no es que no tenga razón… pero cuando el evento está rodeado de luto, pancartas y expedientes médicos, el «respetémonos todos» suena más a regaño de secundaria que a liderazgo empático.

“Hoy venimos a algo hermoso”, dijo Sheinbaum.
Hermoso, sí.
Si ignoramos las ausencias, los pendientes, los gritos… y la realidad.

Por su parte, el gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez Salinas, aplaudió con entusiasmo de festival escolar. Dijo que cada vez que viene la presidenta, trae buenas noticias. Habría que preguntarle si esas noticias incluyen el llamado de justicia de Antonio Attolini Murra por el caso Mieleras, o si solo se refiere a los discursos en modo “todo va bien”. Por cierto, Attolini entregó un expediente al equipo de Sheinbaum.

Una inauguración con parches para una verdad incompleta. Porque en Torreón —como en buena parte del país— la salud se celebra con pompa, pero se atiende con parches. El hospital está en pie, sí. Lo que falta es terminar el tercer piso, completar el equipo médico, y sobre todo, encontrar a todos los especialistas que aún no están.

Eso sí, agradezcamos que, como buenos mexicanos, dejaron todo al último: apenas pavimentaron la entrada, que hasta hace unos días era de tierra. Más de uno se caían antes de cortar el listón.

A su favor: este nuevo centro solo admite personal con cédula profesional y jornada completa, lo cual al menos depura las viejas mañas de contrataciones exprés o “aviadores de guardia”.

La visita también sirvió para ver la versión “buenas vibras” de la militancia morenista coahuilense. Antonio Attolini sonrió junto a su exarchienemiga Cecilia Guadiana, dejando atrás insultos y denuncias. En la selfie también posaron Cintia Cuevas y Alberto Hurtado, aunque brillaron por su ausencia Shamir Fernández, Pily Anguiano y Luis Fernando Salazar, quien justificó su falta como en la prepa: “es que tengo dengue”.

Otros que intentaron, al menos salir de fondo en la foto con la presidenta, fueron los priistas Ariel Martínez y Luis Cuerda. Más vale prender velas extras, dicen… por si acaso.


Así que sí:
A Claudia Sheinbaum la recibieron con vítores y gritos.A Román Cepeda, con reclamos y sombra permanente. Y a los ciudadanos… con sol, fila, espera y un: “espérense tantito, ya casi está”.

El hospital está listo… para la foto. Pero no se preocupen: “lo político ya se dejó fuera del evento”.
Así nos lo dijeron.
El problema es que, para muchos… lo político es precisamente lo que más les sigue fallando.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *