Frente frío en Torreón: así trató Manolo a Román

¿Te perdiste la telenovela política de Torreón? Aquí te va el resumen, sin comerciales… pero con indirectas de alto calibre.

Cuando pensábamos que el gobernador Manolo Jiménez andaba ocupado subiendo reels de desarrollo y seguridad, reapareció en Torreón este martes con un mensaje de alto voltaje político:
«Aquí no entra CATEM, ni disfrazados de civil.»

Sí, esa CATEM con aroma a 4T y métodos más rudos que obrero en viernes de quincena. El mismo sindicato que hace unos meses intentó colarse por la puerta trasera de la CMIC Laguna, con ayuda de Ricardo Camacho, presidente exprés de la cámara, que creyó que ser incluyente era abrirle la puerta al diablo desde Durango … o a sus operadores.
Esa decisión le mostró la salida. Manolo le aplicó la de “no, gracias”, y Camacho se fue con todo y sus buenas intenciones.

Tras semanas sin venir, el gobernador regresó a Torreón… y no a un evento social con show de Mijares. como hace unos días. Volvió con agenda en mano y tono firme ante la nueva mesa directiva de CMIC Laguna:
“Aquí no hay espacio para sindicatos fantasma, ni para extorsionadores con membrete.”lo dijo fuerte y claro el gobernador de Coahuila.

Pero lo más sabroso del espresso no fue el café… fue la tensión en el aire.

Román Cepeda, alcalde de Torreón, parecía más invitado incómodo que autoridad anfitriona en el Centro de Convenciones Torreón. A los pocos funcionarios municipales que se asomaron, los mandaron a segunda fila —por poco los sientan en el estacionamiento.

Mientras los estatales sonreían en primera fila, algunos municipales alcanzaron lugar de honor… como el «Costeño» Alfredo Flores, jefe de Policía, y Ariel Martínez, jefe de Gabinete. Porque aunque cobran en Torreón, responden al WhatsApp estatal.
De hecho, los envidiosos (y uno que otro enterado) siguen señalando al director con nombre de detergente como el enlace directo con Saltillo. Incluso dicen que él filtró los papeles de SIMAS.

Al finalizar los discursos y aplausos, el gobernador se arremolinó con empresarios, se dejó querer por las cámaras y dejó solo al alcalde en el templete.

Román bajó, se encontró con la prensa y salió hablando de SIMAS y Luis Fernando Salazar, como quien cambia de tema para no hablar de lo que de verdad dolió.

En el segundo evento del día, en el ejido La Partida, sí llegaron más funcionarios municipales y estatales, ya con chaleco verde para la foto… y para el perdón. Pero a la presidenta del PRI Torreón, Verónica Martínez, se le olvidó portar la prenda de la lealtad, o se la manchó con menudo durante la rueda de prensa que ofreció temprano junto a sus contrincantes por la alcaldía interina: Felipe González y Luis Cuerda.

Al final, Manolo y Román sí cruzaron palabra… a lo lejos.
Según los expertos en leer labios (o chismes de alto nivel), el gobernador lanzó un:

“¿Cuándo nos vemos, pues?”

Y Román, firme, respondió:

“Mañana.”

A lo que Manolo –dicen– replicó con la frialdad de la agenda:

“Revisa tu calendario.”

Se despidieron con una mirada más gélida que abrazo de una ex pareja.
Y cada quien se fue a su camioneta.

Lo dicho: la política se sirve fría… como la venganza, o el espresso.

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