Américo Air: «Bienvenidos a la aerolínea del Bienestar»

Hay vuelos que despegan en silencio… y aterrizan directo en la pista de la doble moral.

Mientras la militancia de Morena en Coahuila juega a la “unidad” como si fuera excursión de secundaria —selfies sudadas, abrazos prefabricados y frases de postal revolucionaria—, en las alturas surca otro tipo de militancia: la del Bienestar de alta gama, donde los delegados no viajan en Suburban sino en jets privados, con más discreción que un operador bancario suizo.

El protagonista de esta entrega se llama Américo Villarreal Santiago, delegado federal en Coahuila, heredero del trono tamaulipeco, pareja de senadora, y nuevo miembro del club de millas premium de la 4T. Un personaje con más conexiones que resultados. Eso sí, muy comprometido con el pueblo… desde el cielo.

25 vuelos en avión privado entre enero y marzo, según reveló Proceso. ¿Motivo? Información clasificada. ¿Quién pagó? Silencio institucional. ¿Austeridad? Guardada junto con la congruencia… en el compartimento de equipaje del Learjet. Pero tranquilos: Américo ya respondió. el delegado dijo que él mismo paga sus vuelos. Así, sin despeinarse. Claro, con un sueldo de 108 mil pesos mensuales, sin bonos ni prestaciones públicas. O sea, lo que gana un funcionario raso… pero con presupuesto de influencer millonario. Ni el mismísimo Luis Miguel se movía tanto en sus giras.

Si hacemos cuentas, esos vuelos podrían sumar hasta un millón de pesos. Pero, como diría el viejo PRI (o el nuevo Morena): “el dinero va y viene… y el cinismo se queda”.

Y para que el absurdo tuviera sello oficial, el diputado Antonio “Tony” Castro soltó esta joya para la posteridad:

“Morena promueve la austeridad, no el pobredurismo.”

Ah, perfecto. Ya entendimos: no se trata de emparejar el piso… sino de subir a los suyos a cabina ejecutiva, mientras el resto sigue esperando turno en el IMSS con ficha del 2026.

Y si dieran millas por guardar silencio, Antonio Attolini ya tendría su propia aerolínea. El mismo que pedía la renuncia de Américo hace meses, ahora aparece sonriente tomándose selfies con Luisa Alcalde, como si nada hubiera pasado.
¿Cambio de postura o cambio de asiento? Porque en Morena, cuando el escándalo salpica a los tuyos, el guion exige dos cosas: silencio… o sonrisa forzada.

Por cierto, Américo se afilió a Morena justo en el periodo de los vuelos: enero-marzo. O sea, entró al partido volando… literalmente. ¿Coincidencia o ascenso por horas de vuelo?

Y así terminó la guerra interna de Morena en febrero: con traiciones digitales, denuncias, zancadillas, y una reconciliación digna de telenovela barata. Cierre de temporada con abrazo fingido, filtro de Instagram y guion peor actuado que el de la mañanera.

Durante su visita a Torreón, le preguntaron a Américo si le habían retirado la visa americana. Y contestó con ese estilo que mezcla diplomacia con esquizofrenia verbal:

“No hemos sido notificados. La última vez que crucé fue en marzo. Sabemos que el mundo y la frontera están complicados…”

Traducido del político al lagunero: “Ni confirmo, ni niego, ni me hago bolas… pero mejor hablo de geopolítica.”

📍El rumor lo soltó un medio nacional: la CBP habría notificado al gobernador de Tamaulipas y su familia sobre la cancelación de sus visas. La Vocería de Seguridad lo desmintió… pero no lo aclaró. Otra travesura del Bienestar: no informar, pero tampoco negar.

🎙️ Y mientras los de arriba se pasean en nubes privadas, la base de Morena sigue con su tour de “unidad”, comiendo burritos fríos en el parque Venustiano y posteando frases de Allende con filtros de perro. Porque en la Cuarta Transformación, la austeridad es selectiva: para unos, boletos; para otros, boletín.

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