Cuando el norte respondió: Coahuila acude al rescate de Texas

Saltillo. – México volvió a demostrar que la solidaridad no entiende de muros ni fronteras. La presidenta Claudia Sheinbaum reconoció públicamente al gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, y al alcalde de Ciudad Acuña, Emilio de Hoyos, por facilitar el envío de binomios caninos para labores de rescate en Texas, devastado por históricas inundaciones.

“Felicité al presidente de Acuña y al gobernador de Coahuila… esto es parte de lo que somos los mexicanos”, declaró Sheinbaum en su mensaje, al destacar el compromiso fraterno del país frente al desastre que azotó el estado vecino del norte.

La mandataria también reiteró que este miércoles partirán brigadistas coahuilenses junto con perros entrenados para búsqueda y localización de personas atrapadas o desaparecidas entre lodo y escombros.

La tragedia: más de 120 muertos

Las lluvias torrenciales en la región central de Texas, especialmente en el condado de Kerr, provocaron la crecida descontrolada del río Guadalupe. El saldo es catastrófico: al menos 127 personas fallecidas y más de 170 desaparecidas, muchas de ellas menores de edad del campamento juvenil Camp Mystic, donde se vivieron escenas de horror tras una súbita inundación nocturna.

Las autoridades locales calificaron el evento como una «catástrofe de 100 años», aunque especialistas aseguran que este tipo de fenómenos podrían volverse más comunes ante el calentamiento global… y el desdén político.

¿Y Trump? Reacciona, pero a medias

Tras varios días de silencio, el presidente Donald Trump firmó la declaración de desastre mayor para Texas, permitiendo el despliegue de recursos federales. Desde su avión presidencial, declaró:

“Melania y yo estamos orando por las familias. Estamos cuidando de esto”.

Sin embargo, el gesto fue visto por muchos como tardío y superficial. Críticos recordaron que durante su primera administración (2017-2021), Trump recortó presupuesto al Servicio Meteorológico Nacional y a la Agencia de Gestión de Emergencias (FEMA), afectando programas de alerta temprana y respuesta ante desastres.

Organizaciones civiles y expertos en gestión climática advierten que los recortes prolongados debilitaron la capacidad de anticiparse a fenómenos como el ocurrido esta semana, dejando comunidades desprotegidas.

¿Solidaridad o vergüenza compartida?

Mientras el gobierno texano lidia con la tragedia y Trump busca controlar el daño político, la ayuda humanitaria mexicana ya está en camino. Y aunque la cooperación es digna de reconocimiento, también deja sobre la mesa una pregunta incómoda:
¿Qué tan preparado está Estados Unidos para enfrentar el cambio climático, si sigue recortando los fondos que salvan vidas?

En contraste, Coahuila y Ciudad Acuña no dudaron en sumarse al auxilio, demostrando que la fraternidad —aunque no figure en tratados ni boletines políticos— sigue siendo una política de Estado cuando más se necesita.

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