
Durango y la búsqueda olvidada: El abandono en Las Lagartijas

Entre los matorrales del ejido Las Lagartijas, en Gómez Palacio, lo que se encontró no fue sólo calzado ni restos en análisis. Lo que realmente emergió fue la frustración acumulada de las familias, y el desdén institucional que ya parece costumbre.
Grupo Vida —colectivo que busca a quienes el Estado no ha querido encontrar— acudió tras una denuncia. La Fiscalía de Durango respondió con comunicado, no con presencia. En el texto, aseguraron que el sitio era “un basurero” y que los restos hallados podrían ser de origen animal. Todo queda en hipótesis. Para quienes buscan a un hijo o a una hermana, eso no basta.
Lo grave es lo que no se dijo: Claudia Calvo, encargada de la Unidad de Desaparecidos, no asistió al operativo. Desde su escritorio, prometió a las familias que “en cuanto pudiera” agendaría la búsqueda. De eso ha pasado ya un mes. Ningún terreno se ha removido desde entonces.
Mientras tanto, Carlos Burciaga, titular de la Comisión Estatal de Búsqueda, se entretiene en capacitaciones y simulacros de empatía. Las familias denuncian que la atención se ha centrado en los desaparecidos “recientes”, dejando en el abandono a los de larga data. Como si el paso del tiempo invalidara el derecho a ser buscado.
Coahuila, con todas sus fallas, mantiene protocolos activos y más cercanía institucional. Durango va en reversa. La promesa de “una nueva búsqueda” suena a frase de cierre en un boletín ya reciclado. Y la indignación crece.
Las Lagartijas se convierte así en símbolo: de tierra silenciada, de omisiones con uniforme, de madres cavando donde el gobierno no quiere mirar. No es la primera vez que esto pasa. El problema es que ya parece que tampoco será la última.

Natalia Fernández, “querida síndica” de Torreón y aspirante a diputada, olvidó sus viejas guerras y ahora abraza enemigos. En la Ola Naranja posó sonriente con Jesús García Sotomayor, cercano a sus rivales y lejos de su partido. ¿El detalle? Antes, Natalia desacreditó a la hermana de Jesús, Erika, con ayuda de Lady Fayuca.
En el mismo evento, Felipe González y Verónica Martínez olvidaron el el chaleco verde de la lealtad estatal. Felipe hizo el ridículo bailando en redes, intentando ocultar que su diputación heredada ya no cuaja. Mientras tanto, Toñito Hernández y Jorge Saucedo brindaban en un bar con Miguel Batarse, líder de la CATEM que cambia de bandera como camaleón político.
¿Y Shamir Fernández en el salón Monet? Fuera, camionetas encendían sospechas: ¿reunión política o limpia?
En la política torreonense hasta las fotos hablan, y esta dice mucho: el dúo dinámico Toñito Hernández de fomento económico y Jorge Saucedoel videnteasistente dek alcalde de Torreón se dejaron ver muy festivos en un bar, celebrando a un amigo en comíun con nadie menos que Miguel Batarse, empresario de los vales de zapatos, exaspirante morenista a la alcaldía y líder de la CATEM en Coahuila. El mismo que hoy va por la libre, mañana abraza la 4T y al siguiente posa con priistas reciclados.
En la política torreonense hasta las fotos hablan, y esta dice mucho: el dúo dinámico Toñito Hernández de fomento económico y Jorge Saucedoel videnteasistente dek alcalde de Torreón se dejaron ver muy festivos en un bar, celebrando a un amigo en comíun con nadie menos que Miguel Batarse, empresario de los vales de zapatos, exaspirante morenista a la alcaldía y líder de la CATEM en Coahuila. El mismo que hoy va por la libre, mañana abraza la 4T y al siguiente posa con priistas reciclados.
Pregunta oficiosa:
¿Qué hacía Shamir Fernándezeste martes al mediodía en el salón Monet?
Afuera, camionetas blancas generaban sospechas… ¿una reunión política o una limpieza disfrazada?