
Morena Torreón en crisis: aliados del PRI desde adentro

En política, hay frases que suenan a defensa y terminan siendo autogoles. Eso fue lo que le pasó a la diputada federal de Morena por Torreón, Cintia Cuevas, convertida en nota nacional tras su participación en el programa Cambios de Multimedios Laguna.
Intentando negar cualquier rastro de autoritarismo en su partido, lanzó una frase digna de manual del PRI setentero:
> “Se permite a las personas críticas que sigan con vida, caminando y libres”.
Cuando la mejor prueba de que no hay tiranía es que los críticos “todavía respiran”, ya no hay nada que discutir. Latinus no desaprovechó y la frase se convirtió en meme:
> “Agradezcan que se les permite seguir vivos”.
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La respuesta de Cuevas
La diputada salió a “aclarar” con un video en redes sociales, acusando a Latinus de sacarla de contexto:
> “Latinx, siendo Latinx… dicen que yo aseguré que si México fuera una tiranía no se permitiría hablar mal de la presidenta y seguir vivos. Sacaron mis palabras… ¿Cuál dictadura? ¿Cuál tiranía? ¿Se religió López Obrador? ¿Expropiaron televisoras o casas?”.
Intentó rematar con ironía:
> “Seguramente me van a volver a sacar de contexto, o dirán que nos asesoran los rusos, o que somos un peligro para México”.
El problema es que la política no se corrige con sarcasmo. El video parece más un control de daños que una aclaración real. La frase está dicha, grabada y, en política, los deslices cuestan caro.
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El fondo del desastre
La declaración confirma lo que intenta negar: sugiere que existe un poder para decidir quién vive y quién no. Es un ejemplo de autoritarismo disfrazado de libertad. Morena vuelve a exhibir que carece de voceros estratégicos; lo que debió ser defensa sonó a amenaza velada.
En política, no basta con ser demócrata; hay que parecerlo. Y cuando la defensa oficial se escucha a “podríamos matarlos, pero no lo hacemos”, la democracia deja de ser un derecho y se convierte en un favor del poder.
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La escena se dio en un debate donde Cuevas compartió mesa con la diputada federal plurinominal del PRI, Verónica Martínez, una veterana del juego político lagunero. La polémica solo echó más sal a la herida de la 4T lagunera. Cuevas, quien antes parecía aliada del senador Luis Fernando Salazar y del diputado local Antonio Attolini, hoy es señalada por sus propios compañeros de traicionar al movimiento y pactar con el cepedismo.
Sus ataques ahora se enfocaran contra el gobierno estatal de Manolo Jiménez, mientras mantiene mantendrá tono mesurado con el ayuntamiento de Torreón. No se descarta que sea la propia Verónica Martínez quien esté moviendo fichas y tejiendo alianzas en la región.
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Futuro incierto
Lo cierto es que esta supuesta traición tiene un trasfondo claro: Cuevas no será candidata a la alcaldía de Torreón. Todo apunta a que el elegido será Luis Fernando Salazar, como ya ocurrió cuando fue desplazada por Shamir Fernández. La historia parece repetirse.
Hoy, la diputada corre el riesgo de quedarse como “el perro de las dos tortas”: sin candidatura a la alcaldía y sin reelección como diputada federal. En política se requiere colmillo, y Cuevas parece haberlo perdido entre alianzas mal calculadas, acusaciones de traición y frases que la dejan viva… pero políticamente herida. Como fiel seguidora de Andrés Manuel López Obrador, quizá debería imitar la paciencia de su líder y esperar su momento.