Protesta de bienvenida en la obra de Abastos: entre funcionarios estatales y «los sobrevivientes» de Torreón

En la política siempre hay símbolos, y en este caso fue una simple silla la que terminó exhibiendo más que cualquier boletín oficial.

El arranque de la construcción del polémico Sistema Vial Abastos–Independencia, con una inversión de 365 millones de pesos, se convirtió también en escenario de reclamo social por el retiro de árboles del camellón. Este martes, en pleno evento, el sentir ciudadano se mezcló con el show político. Porque si bien las protestas son legítimas, también hay actores que saben manipular el enojo social ante la pasividad gubernamental.

La activista Araceli López irrumpió con megáfono en mano. Su discurso fue estridente pero pacífico, con fundamentos legales y derechos civiles claros: frenar el ecocidio y detener las agresiones de los gobiernos contra la salud ambiental de la Comarca Lagunera.

La mujer inconforme se abrió paso entre funcionarios estatales y sobrevivientes del gabinete municipal. No hubo forcejeo, no hubo resistencia.

La escena más simbólica ocurrió frente a Anilú Cepeda, encargada de redes sociales del Gobierno del Estado, quien prefirió hacerse a un lado y cederle la silla a la activista, como si estuviera en la sala de espera del IMSS. El detalle no es menor: cuando alguien que se ostenta como parte de comunicación se queda callada, sin protocolo ni autoridad, y sin siquiera la cortesía de un “venga conmigo, la atiendo”, queda claro que no está ahí para resolver.

Quienes tuvieron que salir al quite fueron Hugo Dávila, de Mejora en Torreón, y hasta el propio gobernador Manolo Jiménez, que desde la tarima ofreció diálogo. Mientras tanto, el empresario Memo Murra se quedó pálido, murmurando nervioso: “ahorita les damos sus boletos para los Algodoneros”, entre la risa contenida y la anuencia cómplice de los funcionarios presentes.

La escena terminó convertida en un mini-drama viral. Y en política ya sabemos: no importa lo que se diga, sino la imagen que queda. Y lo que quedó fue una silla simbólicamente arrebatada al poder… no por un opositor, ni por un rival político, sino por una ciudadana que se atrevió a hacer lo que muchos piensan: plantarse frente al gobierno y sentarse en su lugar.

Más que un incidente, fue una radiografía: el poder está lleno de sillas ocupadas por personas que no se levantan para enfrentar, sino que se hacen a un lado para que otros se sienten.


Fuego interno y caras largas

Los especuladores políticos ya lo interpretan como una bienvenida de fuego interno a la nueva era municipal de Torreón, controlada desde el Estado. Las caras largas en el evento eran evidentes, tanto entre funcionarios estatales como dentro del todavía desquebrajado gabinete de Román Cepeda.

Ahí apareció el director de Radio Torreón, Armando Cobián, de quien se dice volverá a dejar la radiodifusora cultural. Su peso en la nómina familiar y sus lazos con la CATEM —sindicato nada bien visto por el gobierno de Manolo Jiménez— lo colocan en la cuerda floja.


Los ansiosos y los sobrevivientes

En la baraja de los ansiosos están Yohan Uribe y su segunda, la ya conocida #LadyFayuca, quienes buscan quedarse con ese espacio tras ver apagadas sus oportunidades de vender servicios a funcionarios, como lo hicieron antes con Pepé Ganem (exsecretario del Ayuntamiento) o Toñito “el Judas” Hernández (exdirector de Fomento Económico).

Mientras unos se apagan, otros siguen flotando. La única vela que se niega a extinguirse es la del jefe de gabinete Ariel Martínez, a quien todavía le venden espejitos. Cuentan que incluso le habían preparado una gira de medios para forzar convenios comerciales, dejando atrás protocolos básicos de comunicación. Pero todo quedó en pausa: la visita se reagendó para la próxima semana, lo que algunos interpretan como una falta de respeto.

Dicen además que durante la presentación de Eduardo Olmos este lunes como nuevo secretario del Ayuntamiento, quien intentó acercarse fue nada menos que #LadyFayuca, dejando su solicitud de trabajo en papel amarillo. Pero aseguran que Olmos prefirió esquivarla. ¿Por qué será?


El tablero sigue girando

Se vienen más relevos y posibles fusiones de dependencias. Porque en este tablero político de Torreón, nada está escrito: las fichas siguen moviéndose, todos quieren quedarse con la silla… pero al final, siempre hay alguien que termina cediéndola.

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