Operativo Abrigo y «luneras”: Calor superficial y «mañaneras tardías»

Este lunes, el alcalde Román Cepeda González inició el “Operativo Abrigo” entregando 300 kits alimentarios y cobijas a las familias del ejido La Estrella, como parte de una acción para mitigar los efectos del frente frío número 24. Un gesto que, a primera vista, podría parecerlo todo un acierto, pero que, en la práctica, reveló más carencias estructurales que soluciones reales para una comunidad históricamente marginada.

El operativo, que se extenderá a 35 colonias de Torreón, incluía recorridos de Seguridad Pública, Protección Civil y Bomberos para localizar a personas en situación de calle y trasladarlas a refugios habilitados. Sin embargo, lo que se entregó fueron cobijas, suéteres delgados y alimentos básicos, materiales que, a decir de los mismos residentes, no ofrecían una solución adecuada a sus problemas. «Traen mejor suéter los perritos que los que nos dieron», comentó una de las voces más críticas en medio de la multitud. Un comentario mordaz, pero revelador de la indignación que genera la falta de impacto real en las comunidades más vulnerables.

El problema no radica solo en la calidad de los artículos entregados, sino en la naturaleza de estos operativos estacionales que parecen diseñados más para la fotografía que para resolver los problemas estructurales como en el ejido La Estrella: calles sin pavimentar, polvo, abandono y la sensación generalizada de que el municipio solo acude a las comunidades en momentos de crisis para salir en la foto, y no cuando se trata de una intervención integral y sostenida.

En el marco de la entrega de estos kits, Cepeda también dio un salto mediático con su primera conferencia “lunera”, un intento de replicar el exitoso formato de las “mañaneras” que, en la teoría, busca acercar al alcalde con la ciudadanía y controlar la narrativa. Sin embargo, esta imitación del estilo presidencial dejó mucho que desear.

El evento arrancó a las 9:45 a.m., rompiendo el espíritu matutino de las conferencias de López Obrador, que inician temprano y con un tono directo. Desde el principio, Cepeda mostró nerviosismo y falta de preparación, abordando temas desgastados sin ofrecer información relevante. Cuando los periodistas se salieron del guion, el alcalde tropezó con preguntas incómodas sobre la demora en cambios administrativos y la falta de avances en SIMAS. En lugar de respuestas claras, optó por evadir, ofreciendo explicaciones vagas y dejando ver la desconexión con el formato.

Comparado con las mañaneras de AMLO o Sheinbaum, que se caracterizan por una estrategia bien estructurada y una narrativa controlada, Cepeda ofreció un espectáculo titubeante que más que acercarlo a la 4T, lo alejó de la autenticidad que pretendía emular. El desconcierto en su equipo de trabajo era evidente: figuras como Ariel Martínez y Pepé Ganem apenas disimulaban su indiferencia, mientras periodistas que se beneficiaban de la cercanía con el gobierno celebraban la iniciativa, más por su valor mediático que por su efectividad.

La pregunta es clara: ¿Las «luneras» de Cepeda son una estrategia para acercarse al estilo de la 4T, o simplemente un error de cálculo político? Con un equipo de comunicación que parece tener nexos con Morena, estas conferencias no son más que una burda imitación que deja entrever una falta de autenticidad y preparación.

Tanto el “Operativo Abrigo” como las “luneras” son esfuerzos que, en su ejecución, muestran lo que verdaderamente está en juego en Torreón: gestos mediáticos que no resuelven lo fundamental, y una administración que, a pesar de los intentos por mantenerse en la agenda, sigue sin dar respuestas concretas a los problemas estructurales de la ciudad. La política superficial está a la orden del día, mientras que las necesidades reales siguen siendo ignoradas.

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