¡Albricias, albricias! Reapareció Román Cepeda… bueno, ´Carlos´ Román Cepeda, hermano del alcalde de Torreón, Román ´Alberto´ Cepeda. El primer «bienpeinado» volvió a escena en una foto junto al delegado de Mejora en la región, Hugo Dávila, casi jurando lealtad al primer enemigo político de su hermano: el gobernador Manolo Jiménez. Su reaparición tranquilizó a muchos, pues había quienes creían que el edil podría estar enfermo, lo que explicaría su ausencia en la ciudad desde el viernes pasado. Pero también están los envidiosos que se preguntan si Román Alberto no se habrá ido al Super Bowl y, en una de esas, Trump lo habrá agarrado en una redada de migrantes.
Mientras se especula sobre sus ausencias, en la ciudad que gobierna —avísenle que en su gobierno— siguen estallando «bombas». En Catastro, los trabajadores confrontaron al director Arturo Novelo Gurza por el hostigamiento laboral que ejerce sobre ellos, tratándolos de «chiquitos y orejones». Uno de los empleados denunció que el funcionario lo insultó diciéndole: «me pendejeó y hasta me mandó a chingar a mi madre». Y para rematar, le dio descanso de quince días.
Cuentan que Novelo Gurza es soberbio y prepotente, pero todo tiene explicación: lo recomendó el hijo y operador de Román, Ernesto Cepeda, y Ariel Martínez, pues fue su compañero de universidad. En un video se observa cómo los trabajadores sindicalizados confrontaron al novato funcionario y, al verse solo, con cara de regañado ante la líder sindical Rosalva Rodríguez, no tuvo de otra más que soportar la «calentada» laboral.
Esta lamentable escena es el reflejo de lo que pasa en la administración municipal: sola y descontrolada. A la misma hora, pero en otro escenario, se llevó a cabo la reunión semanal de seguridad municipal, que apenas la semana pasada había cambiado de día por el alcalde. En su lugar, la encabezaron el jefe policial César Perales y el secretario en «trámite» del Ayuntamiento, Pepé Ganem.
Por otro lado, mientras Torreón era sede de un foro nacional de Agua con funcionarios federales, quien tuvo que salir al quite fue el gerente de SIMAS, Roberto Escalante.
Y en el séptimo piso del Ayuntamiento se aplica el refrán de «cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta». Angelina García, la «todopoderosa» jefa de Oficina,del edil, también se ha ausentado, pues dicen que tiene ocupaciones «más importantes» por la la Plaza Almanara. Esto da pistas de que el alcalde ni siquiera está en el país, ya que cuando sí está en territorio nacional, manda a sus escoltas por viáticos, y en esta ocasión no se han aparecido.
Mientras Román Alberto y su sobrina política están ausentes, destaca el comportamiento del secretario particular Jorge Saucedo, quien ha cambiado de actitud de ser un humilde panista. Dicen que ahora deja esperando por horas a quienes acuden a la oficina del alcalde, ya sean liderezas o funcionarios. Como está solo, ya solo le falta ocupar la oficina principal y verse en los espejos de oro. Al cabo, Ariel Martínez, como jefe de Gabinete, sólo está en funciones de desarrollo institucional. Bombas al interior del Ayuntamiento
N.o tardan en estallar en otras bombas en direcciones como Desarrollo Social, Obras Públicas y Plazas y Mercados. Si las inconformidades del personal continúan, podría llegar el momento en que se vean en la necesidad de tomar las dependencias hasta que Román Cepeda decida atender el asunto. Todo indica que reaparecerá hasta el próximo lunes 17 a las 10 a. m. en la explanada, en un evento del gobernador en su ciudad para entregar patrullas, si es que llega.
El ausente sigue sin dar la cara, mientras las crisis se multiplican en su administración. ¿Regresará Román Cepeda o solo enviará una foto para simular presencia? ¡Pronto lo sabremos!
