
Cepeda desaparece, otra vez y Comunicación Social se desgarra

No importa cuándo lea esto, el alcalde de Torreón, Román Cepeda, parece estar desaparecido otra vez. Su prolongada ausencia de lunes y martes –y quizá algunos días más– ha desatado especulaciones: ¿estará enfermo, de viaje o simplemente descansando en su casa de Los Azulejos mientras la FGR lo cita por las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación? Mientras tanto, su equipo de comunicación está más ocupado en maquillar su imagen que en responder preguntas legítimas.
Un claro ejemplo de esto ocurrió este lunes, cuando todo su personal fue obligado a compartir una publicación celebrando los primeros ¡40 días de trabajo! de su segunda gestión. Sí, leyeron bien: apenas 40 días. Y si contamos los puentes largos, quizá sean menos.
Mientras Cepeda sigue fuera del radar, la ciudad enfrenta problemas graves: el aumento de incidentes de seguridad que involucran a menores, el primer feminicidio del año bajo su mandato y denuncias de abuso policial, que incluyen el caso de una mujer que perdió a su bebé tras una detención. Y lo peor para Román y sus secuaces: ahora la Auditoría Superior de la Federación pone bajo la lupa a Torreón. Sin embargo, el silencio oficial indica que estos temas no son prioridad.
Al más puro estilo de Morena Coahuila, la dependencia de «Incomunicación Social» está dividida en tres bandos. Por un lado, Yohan Uribe, #LordFragmentado, un funcionario nuevo con delirio de persecución y complejo de todopoderoso. Luego está Yaret Mayquer Alanís Martínez, #MrPeluquín, un hombre que se vende como «asesor político», pero que en realidad ha sabido infiltrarse y crear su propio feudo durante la campaña. Ahora busca controlar la narrativa oficial, aunque es más famoso por sus filtros de Instagram que por su gestión. El tercer bando lo conforman los sobrevivientes de la campaña: viejos aliados que aún defienden la causa cepedista, pero que operan como francotiradores desde las sombras.
Uribe y Mayquer mantienen una tregua impuesta desde arriba, esperando la oportunidad de destruirse mutuamente. Mientras tanto, la marca #MiQueridoTorreón, emblema de la administración, ha quedado en el limbo porque la agencia publicitaria original ya no produce contenido debido a la falta de un contrato nuevo. En medio de esta disputa, Uribe y Mayquer intentan llenar el vacío: uno con su propia agencia y comisiones bajo la mesa.
La lucha interna no se limita a Uribe y Mayquer. También sobresale #LadyTemu, quien terminó su «luna de miel» con Uribe. Después de un pleito que resonó en la presidencia, Uribe dejó claro que nadie sigue órdenes de ella, dejándola sin rumbo en un entorno cada vez más tóxico. Incluso, enfermo de poder, pretende manejar todas las dependencias, incluida SIMAS, aunque es un organismo paramunicipal.En su soberbia, ha prometido colocar a sus excompañero como enlaces, pero todos temen terminar como #LadyTemu: entre promesas y el olvido. Su avaricia desmedida no le permite ni siquiera controlar su área, como se evidencia en la publicación tardía de obituarios en las cuentas oficiales, exponiendo innecesariamente a su jefe.
Mientras tanto, Román Cepeda sigue ausente, dejando que otros manejen su administración como quieran. ¿Será que está esperando que alguien más haga su trabajo, al estilo Jorge Zermeño? Torreón necesita respuestas y acciones, no fines de semana largos ni pleitos internos.