Tensión en Torreón: Attolini y Ganem, la guerra de acusaciones comienza

El inicio del año en Torreón está marcado por una disputa política que deja atrás las celebraciones para dar paso a los roces y acusaciones. Antonio Attolini, diputado local de Morena, ha centrado sus ataques en el secretario del Ayuntamiento, José Ganem, cuestionando su idoneidad para el puesto, otros sugiern que su nombramiento responde a favores políticos. Mientras tanto, en el ámbito opositor, los ecos del PAN parecen desvanecerse en una ciudad donde los acuerdos se cocinan lentamente, pero las tensiones se sirven calientes.



Atrás quedaron los días de paz y buenos propósitos del Año Nuevo. En Torreón, la política local ha cambiado el brindis por el café cargado de declaraciones y descalificaciones, servidas con el característico sabor amargo de la arena pública.

El diputado local de Morena, Antonio Attolini, parece haber encontrado en el cabildo de Torreón una extensión de su tribuna, aunque no le corresponda. En ausencia del liderazgo visible de los regidores de su partido, Attolini ha decidido tomar las riendas del discurso guinda. Y lo hace apuntando directamente al flamante secretario del Ayuntamiento, José Ganem, la mano izquierda del alcalde, cuestionando su legalidad para ocupar el cargo y sugiriendo que el nombramiento no es más que un favor político por «ayudar en campaña».

Ganem, dicen, no cuenta con la preparación necesaria para ese puesto, pero parece que eso no ha sido impedimento para que se le otorgue la silla. Después de todo, en política, las deudas no se pagan con discursos, sino con nombramientos. Tanto así que «Pepe» saluda de beso a quienes pensaba correr por sus lazos con administraciones priistas, pero del grupo Torreón.

Mientras tanto, del lado azul, el único sobreviviente del PAN en el cabildo, Sergio Lara, parece haber recordado sus viejos tiempos de candidato, cuando se reunía con las «manos izquierdas» del actual alcalde en un despacho que, no por discreto, deja de ser polémico. ¿Acaso la oposición se está diluyendo en los vapores del café político de Torreón?

La guerra de palabras apenas comienza, y el aroma que se percibe no es precisamente el de reconciliación. Aquí, los acuerdos se cocinan a fuego lento y las disputas se sirven bien calientes.

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