Cuando la política se viste de show

«‘La que se agüita, sale panzona’, decía Jenni Rivera al inicio de la canción Querida socia, que hace referencia a las cuernudas y que, en esta ocasión, desconocemos el motivo por el cual fue elegida por la síndica de mayoría del Ayuntamiento de Torreón, Natalia Fernández. Optó por este tema original de Los Rieleros del Norte para calentar los ánimos en el evento favorito de la actual administración: las entregas de techumbres. ¿Será que anda cazando reflectores?»

Los malpensados aseguran que Natalia busca congraciarse con el alcalde Román Alberto Cepeda después de las filtraciones sobre el trato misógino que recibió cuando era secretaria del Ayuntamiento. Y como si eso no fuera suficiente, ahora surgen investigaciones sobre la venta de terrenos a precios irrisorios  ¿Será que los distractores son la nueva estrategia para que olvidemos el ruido del pasado?

Pero si de distracciones se trata, lo que sucedió en el ejido La Paz fue un espectáculo digno de feria. Ante el retraso de más de dos horas del alcalde, la comitiva decidió sacar su lado «versátil». Ahí vimos al regidor Diego Ontiveros, hijo de la «equilibrista» Flor Rentería, quien tuvo que ponerse a bailar con las señoras del lugar, más a fuerzas que de ganas, porque al joven edil le late más otro código postal. Y no fue el único. Hasta el jefe de la Policía, César Perales, pese a la seriedad de su cargo, terminó moviendo las caderas para calmar los ánimos. A ver si no se lo llevan al baile, pero en materia de seguridad.

Ya con el evento en marcha, hubo un momento que arrancó aplausos… y no precisamente para las techumbres de Román. Mario Cepeda Villarreal, delegado regional de Mejora en La Laguna, apareció con chaleco verde y actitud de fan entregado, aplaudiendo como si fuera funcionario municipal. ¿Será que en Torreón ya no importa de qué dependencia eres ?

Estos episodios de la política lagunera no hacen más que generar dudas, risas y una certeza: cuando los actores políticos se visten de payasos, el circo está garantizado. Mientras tanto, los habitantes esperan respuestas, no shows de baile ni promesas de techoscuestionables. ¿O qué opinan ustedes, mis querid@s cuernud@s?

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