
Culiacán: 12 meses de guerra interna y miles de víctimas

Culiacán.– Hace doce meses comenzó la narcoguerra que hoy mantiene a Culiacán sumido en la violencia. El enfrentamiento entre las facciones del Cártel de Sinaloa –Los Chapitos, herederos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y la estructura conocida como La Mayiza, leal a Ismael “El Mayo” Zambada– marcó un antes y un después en la vida cotidiana de los sinaloenses.
¿Por qué se generó la narcoguerra?
La captura y debilitamiento de Ismael “El Mayo” Zambada desató una lucha interna por el control del Cártel de Sinaloa.
Los Chapitos, encabezados por Iván Archivaldo Guzmán, buscaron consolidar su poder en Culiacán.
La Mayiza resistió, respaldada por operadores tradicionales del cártel y estructuras económicas ligadas al tráfico internacional.
La fractura se tradujo en ataques armados, bloqueos y ejecuciones que convirtieron a la capital sinaloense en un campo de batalla. Según organizaciones civiles, más de 1,700 homicidios y al menos 2,000 desapariciones se han registrado desde septiembre de 2024.
¿Por qué no se ha detenido el conflicto?
1. Fuerza económica del cártel: A pesar de los golpes militares, Los Chapitos mantienen el control de rutas de fentanilo hacia Estados Unidos, lo que les da recursos para sostener la guerra.
2. Arraigo social y complicidad local: Sectores de la economía informal y formal dependen de las redes del narcotráfico; esto dificulta la acción policial.
3. Fallas institucionales: La coordinación entre federación y estado ha sido parcial. Aunque se desplegaron 12,000 militares en distintos momentos, la violencia se reagrupa al retirarse los operativos.
4. Educación y vida comunitaria vulneradas: Más de 80 escuelas cerradas y 600 negocios clausurados muestran que el tejido social está roto, sin una estrategia de reconstrucción.
5. Fragmentación criminal: Cada golpe a una célula abre paso a nuevos liderazgos violentos; las detenciones no han desarticulado la estructura completa.
Un año después
La ciudadanía ha salido a marchar exigiendo paz, mientras las autoridades destacan decomisos de armas, drogas y capturas de operadores financieros. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿por qué el esfuerzo no basta? La respuesta está en que se combate a los soldados del narco, pero no al entramado económico, político y social que lo sostiene.
