Los ecos del fin de semana hicieron trizas las «estrategias» de Yohan Uribe, #LordFragmentado, el director de Comunicación Social que parece más un operador de conflictos que un comunicador. En su afán de control, jugó con fuego y terminó incendiando el panorama político del ayuntamiento. Intentó mover sus piezas eliminando a 12 empleados sindicalizados, pero el gobierno cepedista tuvo que recular cuando quedó claro que el verdadero motivo no era la «ineficiencia», sino la negativa de los trabajadores a alinearse con los intereses de sus jefes.
Por si fuera poco, Román Cepeda apenas recordó que su gabinete sigue incompleto y, para solucionar el vacío, anunció nuevos nombramientos. Entre ellos, destaca Christian González, un exregidor priista que parecía olvidado, pero ahora supervisa espectaculares, espectáculos y alcoholes. Una curiosa coincidencia, considerando los intereses comerciales de Pepé Ganem, el «secretario en trámite» del ayuntamiento, y su compinche Uribe. Ambos parecen querer construir su propio monopolio publicitario con el beneplácito del municipio, pues envidian a empresarios dedicados al ramo, o a «compañeros» de gabinete como Toño Hernández, quien también ha invertido en pantallas publicitarias, como las de la Colón e Independencia.
Otro nombramiento polémico es el de Rogelio Salazar, mejor conocido como “Roga”, quien, a sus 35 años, fue designado para Atención a la Juventud. Su nombramiento parece más un favor político, pues este personaje ha sabido acomodarse desde su cercanía con Carlos Centeno y después con la Casa Búfalos. Se rumora que este espacio cuenta con financiamiento municipal, lo cual merece atención: ¿estamos ante otro esquema de favores encubiertos?
En el área de Ingresos, Roberto Barrios repite el platoasegurando la continuidad del control recaudatorio,, tal como lo hizo su padre en su momento en la administración de Salomón Juan Marcos. Sin embargo, Barrios Jr. también juega un papel en la disputa contra el gobierno estatal, ya que su expareja trabaja y es protegida desde Saltillo. Mientras tanto, David Ortiz solo es movido de Recursos Humanos a Servicios Administrativos, en una jugada que huele a blindaje burocrático.
Lo más jugoso es la historia del «pronto pago» y la presión que han ejercido sobre ciertos medios de comunicación. Uno en particular, el de mayor circulación en la región, ya recibió una advertencia: o ajustan su organigrama de fuentes, o se quedan sin acceso a la información oficial. Al alcalde no le gustan las preguntas incómodas, prefiere la prensa a modo, esa que gusta de recibir artículos clonados al gusto de #LadyFayuca o «la malinche de presidencia». Sin embargo, los malpensados han tomado nota y enviaron un mensaje claro a los dueños de medios: cuidado con dejarse manipular, ya que a Uribe no le importa a quién arrastre en el proceso.
Mientras algunos intentan construir su feudo personal dentro de la administración, otros simplemente se acomodan en las sombras, esperando la próxima oportunidad para cobrar factura. Así es la política municipal: se recula, se reacomoda y, sobre todo, se factura.