
La soberbia no gana elecciones: Morena choca con la realidad norteña

Sí, Morena ganó con Betzabé Martínez en Gómez Palacio —del grupo de Luis Fernando Salazar—, pero perdió Flora Leal en Lerdo, impulsada por Shamir Fernández. Esa era la verdadera elección para los de Coahuila, en especial, para los de Torreón. Morena llegó con la certeza del triunfo, la soberbia del poder federal y la narrativa de que “la transformación va”. Pero se toparon con el norte real: frío, dividido y despierto.
La elección del 1 de junio no solo era relevante por ser la primera tras la judicialización electoral, sino porque representaba el debut de Claudia Sheinbaum como lideresa de la 4T. Un estreno herido por la injerencia del nuevo grupo dominante: Andy López Beltrán como operador político de facto y Luisa María Alcalde como representante institucional de un morenismo renovado en el discurso, pero torpe en los hechos. El resultado fue claro: un simple “gracias por participar”.
Desde hace semanas, Andy se instaló en Durango capital con promesas de arrasar 3-0. Su objetivo: controlar Durango capital, Gómez Palacio y Lerdo. Resultado final: perdió 2 de 3.
Gómez Palacio fue para Morena, sí. Pero era una victoria cantada. Betzabé Martínez ganó sin sorpresa, e incluso con la complicidad del silencio de la actual alcaldesa priista, Leticia Herrera. Pero ni eso logró ocultar el pleito interno: el equipo del senador coahuilense Luis Fernando Salazar respaldó a medias, mientras Shamir Fernández —aún sin cargo— solo operó en Lerdo… y perdió. Fue el mismo Shamir —quien no hace mucho era diputado federal por el PRI— quien apoyó con todo a Leticia Herrera para regresar a Gómez. Hoy estuvo cerca, pero prefirió no llegar.
Morena Nacional llegó al bastión norteño dividido, desordenado y desconectado de la realidad local. La unidad solo existió en los discursos.
Lerdo y Durango capital: sin guinda
En Durango capital, ni con Marina Vitela ni con la CATEM. Su derrota fue escandalosa. No sirvieron los regaños de Luisa María Alcalde —y de la mismísima presidenta Sheinbaum— para evitar el desfonde. El PRI de Esteban Villegas los hizo operar con la vieja escuela… y funcionó.
En Lerdo, misma historia: la alianza PRI-PAN, con el nepotismo como estandarte, se impuso cómodamente. Susy Torrecillas —esposa del dos veces alcalde Homero Martínez— fue respaldada con toda la fuerza del sistema. No en vano acudieron figuras del priismo nacional al corte de caja para mostrar músculo, como los senadores Miguel Riquelme y el presidente del PRI, Alejandro “Alito” Moreno. Dejaron encargados a los diputados federales Verónica Martínez (PRI) y, por parte del PAN, a Guillermo Anaya y Marcelo Torres. Ni siquiera el deseo de Shamir por consolidar presencia pudo contra la maquinaria estatal.
Andy prometió arrollar, pero se fue atropellado.
Lo que en teoría era “la antesala” para llegar con fuerza a Coahuila en 2027, hoy parece un aviso de lo que no se debe hacer: candidaturas impuestas, operadores sin arraigo, divisionismo abierto y un triunfalismo hueco.
Luis Fernando Salazar sigue siendo “el elegido” desde la CDMX para Torreón, pero no hay certeza de que llegue ileso. La falta de cohesión en su propio equipo y la sombra de Shamir Fernández siguen rondando. Morena va perdiendo tiempo… y aliados.
Mientras tanto, Movimiento Ciudadano crece calladamente. Ya se sientan a la mesa. Morena ya no tiene el monopolio de la oposición.
La 4T no sabe leer al norte, y mucho menos hablar su idioma. Ni Andy ni Luisa María lograron compactar estructuras ni emocionar a las bases.
Y a todo esto… Torreón
En Torreón, advierten que esta elección de jueces y magistrados fue operada para desfondar a un perfil. Pues todo indica que Miguel Mery —actual presidente del Poder Judicial de Coahuila, buscando seguir con el puesto— podría pasar a ocupar la silla municipal de Torreón, para “tomar las riendas” y subsanar los daños en la administración.
Pero Román Alberto Cepeda, aún alcalde, busca dejar a alguien de su entera confianza o bien, allanar el camino para que el PRI siga, como sed de venganza, incluso si el traje lo lleva Morena. Un regalo de despedida con moño tricolor… pero tinta guinda.
Este domingo, en pleno proceso judicial, desde su cuarto de guerra jugaron a desacreditar a Miguel Mery con mensajes de WhatsApp enviados desde el número sin nombre (+52 1 871 582 2239), aun cuando todos saben que esto es mero trámite.
La 4T intentó imponer, pero el norte respondió con voto.
Lo que ocurrió el 1 de junio no fue una elección cualquiera. Fue el golpe de realidad para Claudia Sheinbaum: su equipo no tiene el mismo arrastre que el jefe. Y lo peor: ni López Obrador ni su hijo pudieron generar empatía. La «Chingada», el rancho de AMLO, sí está cobrando factura.ción del 1 de junio no solo era relevante por ser la primera tras la judicialización electoral, sino porque representaba el debut de Claudia Sheinbaum como lideresa de la 4T. Un estreno herido por la injerencia del nuevo grupo dominante:
- Andy López Beltrán como operador político de facto
- Luisa María Alcalde como rostro institucional de un morenismo renovado en el discurso, pero torpe en los hechos.
El resultado fue claro: un simple “gracias por participar”.
Desde hace semanas, Andy se instaló en Durango capital con promesas de «arrasar 3-0».
Su objetivo: controlar Durango capital, Gómez Palacio y Lerdo.
Resultado final: perdió 2 de 3.
Gómez Palacio fue para Morena, sí.
Pero era una victoria cantada.
Betzabé Martínez ganó sin sorpresa, e incluso con la complicidad del silencio de la actual alcaldesa priista, Leticia Herrera.
Pero ni eso logró ocultar el pleito interno:
- El equipo del senador coahuilense Luis Fernando Salazar respaldó a medias.
- Shamir Fernández —sin cargo— solo operó en Lerdo… y perdió.
Fue el mismo Shamir —quien no hace mucho era diputado federal por el PRI— quien apoyó con todo a Leticia Herrera para regresar a Gómez. Hoy estuvo cerca, pero prefirió no llegar.
Morena Nacional llegó al bastión norteño dividido, desordenado y desconectado de la realidad local.
La unidad solo existió en los discursos.
Lerdo y Durango capital: sin guinda
En Durango capital, ni con Marina Vitela ni con la CATEM.
Su derrota fue escandalosa.
No sirvieron los regaños de Luisa María Alcalde —ni de la mismísima presidenta Sheinbaum— para evitar el desfonde.
El PRI de Esteban Villegas los hizo operar con la vieja escuela… y funcionó.
En Lerdo, misma historia:
La alianza PRI-PAN, con el nepotismo como estandarte, se impuso cómodamente.
Susy Torrecillas —esposa del dos veces alcalde Homero Martínez— fue respaldada con toda la fuerza del sistema.
No en vano acudieron figuras del priismo nacional a mostrar músculo, como:
- Miguel Riquelme (senador)
- Alejandro “Alito” Moreno (presidente nacional del PRI)
Y dejaron encargados a: - Verónica Martínez (diputada federal, PRI)
- Guillermo Anaya y Marcelo Torres (PAN)
Ni siquiera el deseo de Shamir por consolidar presencia pudo contra la maquinaria estatal.
Andy prometió arrollar, pero se fue atropellado.
¿Antesala para 2027? Más bien, advertencia
Lo que en teoría era “la antesala” para llegar con fuerza a Coahuila en 2027, hoy parece un aviso de lo que no se debe hacer:
- Candidaturas impuestas
- Operadores sin arraigo
- Divisionismo abierto
- Triunfalismo hueco
Luis Fernando Salazar sigue siendo “el elegido” desde la CDMX para Torreón, pero no hay certeza de que llegue ileso.
La falta de cohesión en su propio equipo y la sombra de Shamir Fernández siguen rondando.
Morena va perdiendo tiempo… y aliados.
Mientras tanto, Movimiento Ciudadano crece calladamente.
Ya se sientan a la mesa. Morena ya no tiene el monopolio de la oposición.
El norte no se deja leer (ni ordenar)
La 4T no sabe leer al norte, y mucho menos hablar su idioma.
Ni Andy ni Luisa María lograron compactar estructuras ni emocionar a las bases.
Y a todo esto… Torreón
En Torreón, advierten que esta elección de jueces y magistrados fue operada para desfondar a un perfil.
Todo indica que Miguel Mery —actual presidente del Poder Judicial de Coahuila—, buscando seguir con el puesto, podría pasar a ocupar la silla municipal, para “tomar las riendas” y subsanar los daños en la administración.
Pero Román Alberto Cepeda, aún alcalde, busca dejar a alguien de su entera confianza o, bien, allanar el camino para que el PRI siga, como sed de venganza, incluso si el traje lo lleva Morena.
Un regalo de despedida con moño tricolor… pero tinta guinda.
Este domingo, en pleno proceso judicial, desde su cuarto de guerra jugaron a desacreditar a Miguel Mery con mensajes de WhatsApp enviados desde el número sin nombre (+52 1 871 582 2239), aun cuando todos saben que esto es mero trámite.
Conclusión
La 4T intentó imponer, pero el norte respondió con voto.
Lo que ocurrió el 1 de junio no fue una elección cualquiera.
Fue el golpe de realidad para Claudia Sheinbaum: su equipo no tiene el mismo arrastre que el jefe.
Y lo peor: ni López Obrador ni su hijo pudieron generar empatía.
La «Chingada» —el rancho de AMLO— sí está cobrando factura.