Tentáculos de CATEM: caos en Durango y de fiesta en Coahuila

En Durango, hay un grito de auxilio. Ganaderos, transportistas y agricultores acusan que el sindicato CATEM los trae asoleados con cuotas y robo de trabajo, dejando a cientos de familias sin sustento. Piden apoyo a autoridades federales, pero hasta ahora, puro silencio.

Detrás de esta maquinaria sindical, señalan, está el diputado federal plurinominal del PT Ricardo Mejía Berdeja, quien no solo consolidó al CATEM en Durango, sino que pretende exportar esa mafia sindical a Coahuila… aunque sus intentos de liderazgo hacen agua.

La prueba: su “gran manifestación” de este domingo terminó siendo un triste desfile de 45 desorientados afuera del Congreso. El impulsor de la inútil revocación de mandato quedó solo, sin respaldo ni eco. Quiere jugar a líder, pero no lo es. Un líder convoca, arrastra, prende… y Mejía no prende ni a sus excolaboradores. Ni los que antes le hacían bulto con cartulinas aparecieron.

Eso no fue marcha; fue velorio político sin dolientes. Aquí no es Acapulco ni plaza del sur donde los agitadores juegan a caudillos. En Coahuila la gente trabaja, madruga y construye. Ya decidió, y Mejía no lo supera. Está atrapado en su narrativa de víctima cuando en realidad firmó su propia desaparición política. Hoy camina solo, esperando que alguien lo siga… pero ya no. Junta más un atropellado que él. Su “movimiento” ni convence a los cuatro de la 4T.

La gente hasta tiene mejor imagen de Guadiana. Ricardo siempre fue visto como una imposición.

Mientras tanto, varios gremios denuncian que la Laguna de Durango está secuestrada por el CATEM y sus aliados. Un escenario que recuerda al caso de la maestra taxista en Veracruz: trabajadores aplastados, extorsionados y olvidados. Comerciantes y gremios, desesperados, han bloqueado carreteras arriesgando la vida con tal de rebelarse ante estos atropellos.

CATEM, por su parte, desmiente categóricamente las acusaciones. El Secretario General en Durango, Nassael Armando Cobián Duarte, aseguró desde CDMX que “no existe ni una sola denuncia interpuesta por tales hechos ante autoridades judiciales; se trata de una campaña de desprestigio”. Añadió que el sindicato seguirá creciendo, trabajando y que interpondrá una denuncia penal contra quienes, según dice, buscan manchar el nombre de la organización y sus líderes.

Mientras del otro lado del río la gente enfrenta supuestas extorsiones y amenazas, en Torreón los funcionarios municipales tienen otras prioridades: salir de fiesta y presumir amistades peligrosas.

Ejemplo: el secretario particular del alcalde Román Cepeda, Jorge Alejandro Saucedo Alvarado (“Jorgito Informando”), y el director de Desarrollo Económico, Antonio “Toñito” Hernández, celebrando cumpleaños y retratándose, como se consignó aquí hace unos días, con Miguel Batarse, operador político y líder sindical morenista del CATEM en Coahuila. Y el líder de CATEM en Durango es nada menos que el hijo del director de Radio Torreón, Armando Cobián… habrá que ver hasta dónde llegan esos tentáculos.

Esto mientras Román Cepeda hace hasta lo imposible para recomponer relaciones con Saltillo y sacudirse el estigma de coquetear con Morena. Pero mientras busca dar señales de paz, sus colaboradores se dedican a posar con personajes cuestionables y del mismo CATEM que asfixia a la región.

Compadre… para esos colaboradores y esa “ayuda”, mejor no me ayudes. Quizá el problema de Cepeda es el equipo que lo rodea. ¿De verdad no hay nadie con dos neuronas que lo asesore? Ah, cierto… si estos son los asesores (y uno que otro en Comunicación Social), ta’ canijo.

Y desde la misma Presidencia Municipal admiten que esta semana será “difícil”… no solo por los señalamientos del diputado Antonio Attolini, sino porque encima hay problemas estructurales que ya traen a más de uno sin dormir.

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