
Huachicol de cuello blanco y likes oportunistas

En México, los políticos cambian de causa como de camisa. Un día son brigadistas en zonas de desastre, al siguiente, expertos en seguridad nacional. Esta semana, el reflector apuntó a Coahuila, donde ocurrió el decomiso de 15 millones de litros de huachicol, el más grande del sexenio, según el secretario de Seguridad Federal, Omar García Harfuch.
El operativo se realizó en Ramos Arizpe y Saltillo, donde se hallaron 129 carrotanques abandonados, repletos de combustible. Pero el detalle que levanta sospechas es el silencio: no se ha revelado quién contrató el servicio ferroviario ni qué empresas están detrás. No parece una banda picando ductos, sino una red bien aceitada de cuello blanco.
Todo apunta a huachicol fiscal, ese que entra como “lubricante” para evitar el IEPS, con posible complicidad de Aduanas, donde sigue habiendo operadores leales a la 4T… o al mejor postor.
Mientras tanto, figuras como Cecilia Guadiana, senadora por Morena, no perdieron la oportunidad de felicitar a Claudia Sheinbaum y a Harfuch en redes sociales, con tono de heredera institucional. También apareció el exdiputado y vocero guinda Antonio Attolini, sumando emojis y aplausos al “gran golpe” al crimen.
Pero lo que no dicen es que Andrés Manuel López Obrador, el fundador de la 4T, aseguró desde 2019 que el huachicol estaba erradicado. Hoy, con este decomiso, queda claro que la narrativa presidencial fue, mínimo, precipitada… y como tantas veces, superficial.
Morena Coahuila intenta capitalizar el operativo como victoria propia. Pero la pregunta sigue flotando como el olor a gasolina: ¿quién permitió esto y por qué nadie está detenido?
Mientras los políticos se cuelgan medallas ajenas, el verdadero combate a la corrupción sigue sin rostro ni castigo. Y el ciudadano… sólo observa cómo las redes se llenan de “likes” en lugar de respuestas.