
¿Podrá la nuevaTránsito quitar las malas prácticas o solo administrarlas?

En Torreón , el riesgo no está solo en los baches o en el tráfico: también en los tránsitos, que parecen más cajeros de “Teqiliu” que guardianes del orden vial.
A esta redacción llegan de forma constante quejas de automovilistas que denuncian infracciones inventadas como simple mecanismo de recaudación. Este lunes, por ejemplo, un conductor asegura que fue detenido en el Periférico por una “velocidad fantasma” y, al negarse a “negociar” con la agente, terminó sin placa.
El sistema de cuotas es tan conocido como tolerado. Cada patrulla debe entregar alrededor de 1,500 pesos por turno, es decir, 4,500 pesos diarios por unidad. Los agentes pedestres del Centro aportan 500 pesos diarios, mientras que las motos en Periférico alcanzan hasta mil pesos por turno y en el Centro la cuota es de quinientos. A los operativos especiales tampoco se les escapa el cobro: en los alcoholímetros, por ejemplo, cada agente debe entregar hasta 1,700 pesos. El transporte público y privado paga su propia “membresía” mensual, que va de 15 a 20 mil pesos, para circular sin ser molestado. Y como si fuera poco, hasta las boletas y las placas terminan convertidas en negocio: personajes como “La Chapis” cobran entre 30 y 40 pesos a cada elemento por recibirlas y luego reparten lo recaudado con los mandos.
Hace apenas dos semanas se anunció la salida del entonces director Mario Alberto Campos y la llegada de Martha Alicia Faz Dávila, enviada desde Saltillo. Aunque prometió “revisar el área”, las malas prácticas persisten, lleva una semana Para reforzar la imagen de control, el alcalde Román Alberto Cepeda apareció este lunes a las 6:00 de la mañana en un pase de lista al estilo militar, acompañado del comisario Alfredo “Costeño” Flores y de la propia Faz Dávila. Se sabe de la cercanía de ambos con el fiscal de Coahuila, Federico Fernández. El evento fue apenas un primer paso: todo apunta a que Tránsito dejará la Dirección de Movilidad y se reincorporará a Seguridad Pública. En ese escenario, sería Transporte quien se sumaría a Movilidad bajo la gestión de Luis Morales.
La gestión de Campos en Tránsito dejó herencias incómodas: nóminas alternas, familiares de funcionarios incrustados en oficinas y hasta la escuelita de manejo como refugio político. Hoy, esos “orejas” siguen en la corporación, y el verdadero reto para la nueva directora —apodada ya “de hierro”— será desmontar esa red o convertirse en su administradora, ¿la dejarán?
Mientras tanto, la ciudadanía sigue padeciendo. Una conductora relató: “Me pararon frente al Bosque Urbano, me mostró 75 km/h. Le dije que ni de chiste. Como no aflojé, me dejó ir”. Otro automovilista contó: “Ese lunes vi al menos cuatro detenidos más sin razón clara. Están cazando multas, no regulando el tráfico”.
En Torreón, los agentes no buscan prevenir accidentes ni ordenar el tránsito: buscan cumplir la cuota. Y cuando un ciudadano se planta y dice “múlteme, no pienso negociar”, el teatro se les cae, porque lo que persiguen no es justicia vial… sino el sobre para los jefes.
Manejar en Torreón sigue siendo un riesgo: no por los baches, sino por una Dirección de Tránsito que, en lugar de regular, recauda.
