
Ring político con mentadas de madre: brigada al estilo Torreón

A gritos, sombrerazos y recuerdos a sus ‘jefecitas’, los funcionarios de Torreón inauguraron el Día de las Madres anticipadamente.Lo que prometía ser una brigada municipal para lucirse como héroes de barrio terminó en un espectáculo que ni un reality show podría superar. En la colonia Tierra y Libertad, las buenas intenciones se estrellaron contra los egos y las ambiciones políticas, chocando como trenes sin freno y dejando en claro que, cuando se trata de caos, nuestros funcionarios son insuperables.
En el centro del drama estuvo Ariel Martínez , jefe de «Ornato» de Gabinete, quien no fue un protagonista accidental, sino el arquitecto de su propia polémica. En su círculo cercano ya lo señalan como el traidor del gabinete de Román Cepeda, un híbrido político que juega entre el Estado y el Municipio. No es casualidad: aspira a ser secretario del Ayuntamiento y, en sus sueños más ambiciosos, busca una candidatura a diputado.
El lamentable espectáculo arrancó con Hugo Dávila, mandamás del programa Mejora en La Laguna y favorito de Saltillo en Torreón (usted entenderá). Confundió la brigada con un cuadrilátero y, entre gritos y amenazas, dejó claro que “su gente” en la nómina municipal no se toca. Esto, dirigiéndose al director de Transporte Municipal, César Alvarado, quien, por cierto, hasta hace poco era parte del equipo estatal, pero hoy se ha consolidado como un funcionario institucional del Municipio. En la política lagunera, el sentido de pertenencia a veces se traduce en: si no es mío, no es de nadie.
Ahí apareció Ariel, «intentando» calmar las aguas, pero terminó ahogándose en ellas. Entre un tímido “no peleen, compañeros”, se aventuró al centro del ring solo para recibir un empujón directo al pecho que lo catapultó al papel de mártir del día.
Pero, ¿mártir o estratega? No olvidemos el doble discurso de Ariel. Por un lado, se presenta como el guardián del orden, pero por otro, sus propios compañeros saben que su intervención busca consolidar su posición política.
En medio de esta escena dantesca, incluso Angelina García, la jefa de oficina de su tío y verdadera mandamás en la asignación de la nómina municipal, sintió miedo ante lla actitud de Hugo.
Para colmo, hizo su entrada triunfal Pepé Ganem, el «secretario en trámite» del Ayuntamiento, con su ya clásica actitud de defensor de causas perdidas. Entró al ruedo para repartir regaños de oficina: “Aquí no se grita, aquí no se pega”. Pero para entonces, el daño ya estaba hecho, tanto a los egos como a la imagen del evento.
Y así, querido lector, mientras los vecinos observaban el bochornoso espectáculo, quedó claro que en Torreón no hacen falta más brigadas; lo que realmente urge es un taller intensivo de manejo emocional para funcionarios.
En lugar de cuidar al alcalde Román Cepeda, este desorden pone en alerta a todos: cuiden a la gallina de los huevos de oro. Este show, además, dejó una lección para Hugo, quien aún cree que en el Municipio le tienen respeto. Sin embargo, ya saben bien cómo encenderlo. A todo esto, ¿qué dirán el gober Manolo Jiménez y Gabriel Elizondo jefe de Mejora Estatal? Seguro están tomando nota desde Saltillo.