Del péndulo a la pistola: la metamorfosis de Tránsito y Vialidad

En Torreón, Tránsito y Vialidad cambian de lugar en el organigrama según el alcalde en turno. Lo único que no se mueve es la recaudación: una caja millonaria que funciona mejor que los semáforos del bulevar Independencia.

En 2015, bajo Miguel Riquelme, se consolidó la idea de que debía estar adscrita a la Dirección General de Vialidad y Movilidad Urbana, un esquema técnico asentado en el Reglamento Orgánico del Ayuntamiento, publicado en la Gaceta Municipal. En 2018, Jorge Zermeño dio un golpe de timón y trasladó la ficha a la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), con aprobación del Cabildo y dentro de los márgenes legales.

Hoy, con Román Alberto Cepeda, el péndulo vuelve a oscilar. El alcalde declaró que “no será estrictamente necesario modificar el organigrama para que pueda avanzar la coordinación operativa entre Tránsito y la Policía”. Dicho en claro: aunque el Artículo 118 del Código Municipal de Coahuila obliga al Cabildo a aprobar reformas y publicarlas en la Gaceta para formalizar una fusión, se prefiere hablar de coordinación “en los hechos”.

El organigrama 2022–2025 lo confirma: Tránsito seguía bajo la Dirección de Vialidad y Movilidad Urbana, encabezada por Luis Morales Cortés, con Mario Alberto Campos como director operativo. En septiembre de 2025, Martha Alicia Faz Dávila tomó las riendas, ahora bajo el cobijo del comisario Alfredo “Costeño” Flores. Oficialmente, los reglamentos dicen que Tránsito depende de Movilidad; en la práctica, ya opera como parte de la DSPM.

Y como si no bastara la confusión administrativa, antes de desprenderse de Movilidad, se busca consolidar otra polémica: armar a los agentes de Tránsito. Según declaró Luis Morales Cortés al diario Milenio, la dependencia ya prepara modificaciones al Reglamento Interior para hacer legal la portación de armas, apoyándose en las comisiones de Movilidad, Gobernación y Seguridad Vial, así como en la Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza, la del Sistema Nacional de Seguridad Pública y la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. El funcionario insiste en que no es una ocurrencia, sino un proyecto con capacitación psicológica y física, que incluso ya empezó a socializarse con organismos empresariales y civiles.

El trasfondo, sin embargo, no está en los organigramas ni en las pistolas, sino en la caja. Según El Siglo de Torreón, en enero de 2022 los agentes de Vialidad recaudaron 1.69 millones de pesos en multas; un año después la cifra subió a 2.42 millones. Para agosto de 2024, el diario Vanguardia reportó que en apenas 220 días ya iban 34.6 millones de pesos, más de 157 mil diarios. Con esas cifras, Tránsito ya no parecía un área técnica ni un brazo de seguridad: más bien un cajero automático con chaleco reflectante… ahora en vías de ser armado.

¿Es legal la reintegración? Sí, siempre y cuando el Cabildo apruebe y publique las reformas necesarias en el Reglamento Orgánico y en el de Tránsito y Vialidad. Lo que hoy existe es una integración de facto, sin sustento jurídico. Y aquí aparece el detalle: un Cabildo dormido, que calla, que no exige el trámite legal y que permite que la política vista de uniforme lo que la norma no ha escrito en tinta.

La política presume coordinación, la ley pide reformas y el Cabildo solo levanta la mano. Entre la caja millonaria y la propuesta de dar armas a los agentes, el riesgo es claro: que Tránsito deje de ser solo una dirección de multas para convertirse en un brazo armado del Ayuntamiento.

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