Protección Civil en modo “ahorro de energía

Cuando más se necesitaba energía, la funcionaria más visible de Protección Civil se quedó sin pila. Y no hablamos del celular, sino de su gestión. Se trata de Claudia González, coordinadora en La Laguna de Coahuila, quien este jueves, desde el ejido El Gilita, pidió auxilio en Facebook: “Alguien que me pase pila, alguien cerca”.El problema es que no lo hizo para apoyar a los damnificados, sino… para cargar el celular. Porque claro, dicen que para ella ¿qué sería de una tragedia sin la selfie en modo “emergencia sin filtro”? Una metáfora perfecta: sin pila, sin rumbo y con respaldo a medias.

La ironía es inevitable: mientras los pobladores de el ejido El Gilita luchaban por contener el agua que ponía en riesgo a su comunidad —clamando: “ayudemos hoy por ellos, mañana por nosotros; no sabemos si mañana seremos los afectados, es demasiada agua”—, la funcionaria parecía ir a la guerra sin armas, más preocupada por la batería de su celular que por la emergencia real.

La anécdota parecería un simple chascarrillo de redes sociales, pero la titular también expió uen las benditas plataformas tras ser reprendida por su jefe, Óscar Pimentel, secretario de Gobierno.Y es que las “travesuras” de doña Claudia no solo fueron memes y comentarios ácidos, sino también donativos cuestionables, entrevistas forzadas para limpiar su imagen y hasta la visita del subsecretario Ramiro Durán, quien más bien parecía estar en plan de marcaje personal; hubiera sido más útil que le llevara una pila extra para el celular. Todo esto después de que surgieran dudas incómodas que resonaron hasta en Saltillo:

  • ¿Qué hace Protección Civil recibiendo donativos cuando existe el DIF para esa labor?
  • ¿Dónde quedaron las aguas, las despensas y los muebles?

Como si no fuera suficiente, ahora doña Claudia organiza operativos que la exhiben más de lo que la respaldan, reforzando su mote de #LadyCapullo. Y es que, en el restaurante-bar El Capullo —su lugar favorito de esparcimiento nocturno—, presumió en redes que lo volvía parte de su “trabajo”, encabezando un simulacro de prevención. El problema no es la práctica, sino la burla involuntaria de dirigir acciones oficiales en el mismo sitio donde suele divertirse.

La polémica tampoco termina ahí. A Claudia se le señala de meter a sus amigas a los conciertos como parte de su “equipo”, mientras en redes sociales aviva este rumor —con total desparpajo— la promoción del próximo evento en el Coliseo Centenario con Jorge Medina y Josi Cuen. En sus publicaciones pregunta: “¿A quién le gusta?” con una doble lectura: ¿lo decía como fan o para presumir? Como era de esperarse, sus amigas levantaron la mano pidiendo boletos:

  • CB: “A mí, Claudia González, me gusta escuchar El final de nuestra historia, La doble vida, La llamada a mi ex. Yo quiero dos boletos, Claudia”.
  • EB: “A mí, lic, me encantan”.

La duda ciudadana queda en el aire: ¿los regalará con cargo a Protección Civil o con chalecos oficiales? Porque en el Centro de Convenciones ya le limitaron el número de personal, y quizá por eso ahora promociona el Coliseo.

En tiempos donde la seguridad, la prevención y la credibilidad se desgastan más rápido que la batería de un celular viejo, sería bueno que nuestras funcionarias dejaran de depender de “pases de corriente” externos y se dedicaran a cargar su pila con trabajo real.

Mientras tanto, los ciudadanos seguimos viendo cómo la política lagunera, entre donativos, selfies y peticiones de auxilio en redes.

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