
Piel de elefante: el secreto para sobrevivir a las mañaneras

Sin piel de elefante, cualquier picadura de mosquito se siente como un balazo. Y en las mañaneras municipales —donde los egos se rozan con la improvisación— el peligro de perder la compostura está siempre a una pregunta de distancia.
El alcalde de Piedras Negras, Jacobo Rodríguez, lo comprobó en carne propia. En plena conferencia, una reportera le preguntó: “¿Se haría un antidoping?”. La respuesta fue más un exabrupto que un argumento:
«¿Qué has visto para que pienses que estoy drogado?»
En segundos, la escena saltó del salón al trending nacional.
El joven edil —de extracción política en PT y Morena, aunque con roces en ambos frentes— ya había usado el micrófono meses atrás, en mayo, para arremeter contra el diputado federal plurinominal Ricardo Mejía Berdeja, acusándolo de “estar envenenado” y de “solo hacer grilla”.
Más tarde, Jacobo subió un video que llamó “aclaración”, pero que sonó más a festejo por su trending topic que a disculpa. Entre líneas dejó claro el subtexto: la reportera es “adversaria histórica”, el golpeteo viene del “periodismo chayotero”, su ciudad es la segunda más segura del país (según INEGI) y aceptó que respondió de manera impulsiva.
El problema no fue la pregunta… fue ceder la agenda.Cuando un político justifica su reacción culpando al contexto y a la prensa, el mensaje que manda es que lo que más le dolió fue perder el control del relato. Esa defensa —con cifras, acusaciones, bendiciones y mea culpa— evidencia un riesgo recurrente: confundir una rueda de prensa con un ring.
Jacobo terminó prometiendo no solo hacerse el antidoping, sino impulsar una ley para que todos los servidores públicos se lo practiquen de forma constante. Suena firme, pero es un candado que intenta cerrar la puerta que él mismo abrió de golpe.
El ejercicio periodístico de las ruedas de prensa no es para cualquiera. No todos los alcaldes son como Andrés Manuel López Obrador, quien ha impulsado narrativas para dominar la escena sin alzar la voz, usando un tono que combina persuasión y pasivo-agresividad para manejar la incomodidad.
Algo similar ocurrió en Torreón con la fallida mañanera del priista Román Cepeda, que solo duró dos lunes: en la segunda tuvo que recular y hasta eliminar el Facebook Live ante las preguntas incómodas, siguiendo la estrategia del único jefe de Comunicación de Torreón, Yohan Uribe —#LordFragmentado—, quien pide y suplica que la prensa “no lo ataque”, poniéndose por encima de su propio jefe y relegando a otros funcionarios de primer nivel a simples mensajeros para protegerlo.
En política, la piel de elefante no es para presumirla, sino para usarla. Aguantar, responder sin rabia y evitar que una pregunta incómoda se convierta en el titular del día. Porque cuando el trending es el ego, el costo siempre es más alto que el like.
