
En Torreón, tierra de sol ardiente y corazones templados, la marcha del 8 de marzo de 2025 se vio empañada por un escándalo que lamentablemente no sorprende, pero sí indigna. Yohan «N«, director de Comunicación Social del Ayuntamiento de Torreón, fue señalado por acoso sexual en plena manifestación feminista. Un incidente que subraya una verdad innegable: la violencia de género sigue siendo una sombra que persigue a las mujeres en todas partes, incluso en aquellos espacios donde deberían sentirse seguras.
De acuerdo con el Observatorio de Violencia Social y de Género en Torreón, ocho de cada diez mujeres han padecido violencia sexual al menos una vez en su vida. . Estas cifras no solo hablan de un sistema judicial que falla, sino de una cultura de complicidad que permite que los agresores sigan impunes.
La revictimización, tristemente, no solo se vive en el ámbito judicial. Las mujeres que intentan denunciar en espacios laborales o educativos a menudo se enfrentan a un proceso de persecución que les obliga a revivir el trauma una y otra vez. Las políticas de «tolerancia cero al acoso sexual» que tanto alardean las instituciones son un mero cumplimiento simbólico. Son decorados vacíos para aparentar que hacen lo que corresponde, cuando en realidad, no hay voluntad de erradicar la violencia.
Sofía Díaz Lozano, activista y fundadora de Abogadas Laguneras, no se anduvo con rodeos en su entrevista para el medio Capital Coahuila . Exigió al Ayuntamiento de Torreón medidas concretas contra el funcionario acusado, quien, además, carga con denuncias previas por acoso laboral. Pero claro, en la tierra del machismo institucionalizado, los «compadrazgos» suelen pesar más que la dignidad y la seguridad de las mujeres.
La abogada señaló que recibieron testimonios de otras mujeres que también sufrieron este tipo de violencia por parte del funcionario. “No solo era acoso laboral, sino que también hubo casos de acoso sexual”, sostuvo Díaz Lozano. Sin embargo, dijo desconocer si actualmente existe algún procedimiento jurídico contra Yohan “N”.
Ante esta situación, no podemos callar. La denuncia en estos casos es crucial. No solo visibiliza las agresiones que muchas veces permanecen en la sombra, sino que también presiona a las instituciones para que actúen. Sin la valentía de las víctimas y el respaldo de las colectivas feministas, estos casos seguirían siendo parte de un silencio cómplice que perpetúa el ciclo de violencia.
Es momento de que los funcionarios públicos se tomen en serio el compromiso con las mujeres que forman parte de sus gobiernos. La máxima de «a las víctimas se les debe creer e investigar» no debe ser una frase vacía. Cuando las denuncias alcanzan a quienes ocupan cargos públicos, la actitud arrogante y de defensa de su posición debe ceder ante el principio de justicia. El cargo no puede ser un escudo para la impunidad.
En otro rincón de la política, el show de Morena no cesa. La senadora Cecilia Guadiana y el polémico Antonio Attolini protagonizan un nuevo episodio de esta telenovela política que desafortunadamente tiene como protagonistas a las mujeres. Attolini, en su intento por defender a su amigo, el diputado federal Antonio Castro Villarreal, utilizó un término cuestionable al referirse al «consumir el cuerpo de una mujer», lo que fue interpretado como una clara muestra de misoginia y violencia política de género.
La respuesta de Guadiana fue contundente:“¿Consumir el cuerpo de una mujer? Si no somos objetos. La violencia de género, tanto en las calles como en los pasillos del poder, sigue siendo una constante. Pero aquí no basta con discursos y comunicados tibios. Es necesario que las instituciones públicas implementen una política de cero tolerancia, no solo para castigar a los agresores, sino para desmontar las estructuras que normalizan estas conductas.
¿El Ayuntamiento de Torreón se atreverá a cortar cabezas o seguirá barriendo la mugre debajo de la alfombra? ¿Y Morena? ¿Seguirá en su espiral de circo, maroma y teatro mientras las mujeres que alzan la voz son tachadas de conflictivas? La activista señala que el titular de la Dirección de Comunicación debe salir a dar una explicación sobre las acusaciones, así como lo ideal sería también que el alcalde Román Alberto Cepeda González emita un pronunciamiento al respecto.
- Por otro lado, la imagen del Ayuntamiento se sigue desmoronando en otros aspectos. Al menos en el estadio de la Revolución, próximo a debutar la nueva temporada de los Algodoneros, las lonas en las luminarias no han sido cambiadas por falta de pago al proveedor que las imprime e instala, la empresa IN-K, ubicada en Av. Guerrero y La Opinión.