
De jefe de gabinete a jefe de traiciones

Cuando la ambición no cabe en el escritorio, busca poder en la sombra.
En la administración de Román Cepeda, el peligro no viene de la calle… sino del propio gabinete.
Mientras el alcalde camina al ritmo del protocolo, Ariel Martínez afila su propia agenda bajo la mesa.
Disfrazado de adorno institucional como jefe de gabinete, pasó de florero a operador silencioso, tejiendo alianzas, filtrando información y empujando intereses personales que no aparecen en el Plan de Desarrollo Municipal… pero sí en su libreta negra.
Traición con corbata. Ambición sin freno.
Martínez no se conforma con un pedazo del pastel: quiere la charola completa.
En sus veintitantos, ya había intentado lanzarse como diputado local bajo el cobijo del Partido Verde. Hoy, con más mañas que tablas, busca nuevamente esa curul, apostándole todo a su cercanía con el poder y a estrategias que —según fuentes— no siempre rozan la ética.
En los últimos días ha sido señalado como pieza clave en los enredos internos del Municipio, incluso vinculado con movimientos que habrían contribuido a la inhabilitación del comisario Perales, tras supuestas filtraciones al gobierno estatal.
Hasta esta redacción llegaron testimonios sobre su vinculación con la caja chica del alcalde y con la entrega de apoyos a lideresas territoriales. Estas, cansadas de retrasos, ya levantaron la voz:
“Hay meses en los que no reciben ni un peso”.
Y eso es lo de menos.
Su nombre aparece relacionado con contratos municipales disfrazados de eventos. Su negocio principal es la renta de toldos, y varios de los que aparecen en actos como el Paseo Colón serían suyos, vía Trébol Eventos. A esa actividad le sumó la renta de audio y, más tarde, el servicio de catering: cada café y canapé frío que se sirve en eventos oficiales podría llevar su firma.
Primero los toldos, luego el audio, y después la comida. Un imperio levantado entre lonas y lonches presupuestales.

Según fuentes internas, quienes operan estas rentas son funcionarios municipales de nivel medio. Uno de ellos sería un personaje del área de Adquisiciones llamado Bernardo, quien presuntamente se encarga de toda la papelería administrativa. Incluso se le vincula con recibos de pago que incluyen el número de cuenta de abono: 56843723601.
Negocio redondo: contratos, porcentajes y requisiciones bajo la sombra del poder.
Hay testimonios que indican que Martínez presenta requisiciones mensuales por hasta 400 mil pesos. En el rubro del catering, la proveedora estaría obligada a entregar el 40% de sus ganancias, como si se tratara de una red de coyotaje institucional.
Desde que inició en la primera temporada de Román, Martínez pasó de tener recursos limitados a adquirir una casa con alberca en Viñedos y vehículos como una Yukon y una Cherokee.
Sí. Su pareja, Fernanda Monserrat Herrera Ayabar, fue designada en la Dirección General de Turismo como Auxiliar General, con un sueldo más que decoroso. Aunque no aparece en el portal de transparencia, este medio verificó que figura con el número de empleada 0118.
Un ejemplo más del nepotismo normalizado en el gabinete, donde los aviadores ya no vuelan… ahora tienen oficina y credencial.
¿El operador doble?
El aspecto que más alarma a los cercanos al alcalde es su presunta deslealtad política. Varios señalan a Ariel como un doble agente: de día, fiel a Román; de noche, filtrador de información al gobierno estatal.
Un acto que, aunque se murmura en voz baja, tiene un nombre: traición.
Más que construir, Ariel parecería estar minando los cimientos del gabinete desde adentro. Un jugador de dos tableros, cuya ambición desmedida amenaza la ya tambaleante estabilidad del alcalde Cepeda.
Lo que más inquieta al círculo de Román es su presunta doble cara: operador leal de día, traidor de noche. Filtra datos al Estado, dicen en corto.
El gabinete se tambalea no por enemigos externos, sino por quienes comen en la misma mesa.
Ariel representa el microcosmos del poder sin freno: contratos turbios, nepotismo descarado y ambición desmedida.
El daño está hecho. La verdadera amenaza no viene de fuera… sino de adentro.
Cuidado con los traidores. No es el único.
El enemigo duerme en casa… y firma contigo los convenios.