Torreón: circo con payasos… y escapistas de escritorio

Dicen que la política en México es como un circo: hay carpa, hay función… y hay quienes se visten de payaso sin que nadie los obligue. En Torreón, eso parece ya un deporte municipal. Pero aquí, a diferencia del circo tradicional, los payasos no siempre hacen reír. A veces provocan pura pena ajena.

Un ejemplo reciente lo ofreció el director de Desarrollo Económico, Antonio»TH» Hernández, quien —con toda “espontaneidad”— compartió en sus redes un video desde las oficinas centrales de American Airlines. Ataviado con un sombrero tejano más grande que su cargo, al estilo “payaso de rodeo”, provocó opiniones divididas: algunos lo vieron folclórico; otros, francamente estrambótico. Lo cierto es que su intención era positiva: promover la conectividad aérea de Torreón. Aunque, como suele ocurrir en esta administración, la imagen superó al mensaje, y el personaje volvió a eclipsar el propósito.

En la pista dos, el cabildo priista también dio su espectáculo. Luego de la reunión privada con el alcalde,la semana pasada, tras la regañada por no defenderlo de las embestidas de legisladores ni justificar las acciones de las distintas áreas de la administración municipal, y de una rueda de prensa poco inspirada —en la que participaron Verónica Martínez y Felipe González—, hubo quienes aseguran que se habló más del menudo para la prensa que de política. En medio del escenario destacó el dos veces primer regidor, Luis Cuerda, señalado en los pasillos por su protagonismo creciente y supuestas aspiraciones a la alcaldía interina. Se dice que, ante las críticas, optó por reforzar la narrativa de unidad… con desayuno incluido. Y no por generoso, sino porque, dicen, no acostumbra a cortar una flor de su jardín. Todo sea por la foto. Todo sea por la causa.

En la pista tres, reapareció la síndica de mayoría, Natalia Fernández, quien —tras aquel episodio incómodo durante la revuelta policial, cuando fue sacada de Seguridad Pública entre empujones— volvió a escena con regalos por el Día del Padre. Algunos lo interpretaron como un gesto conciliador; otros esperaban que amenizara el evento al ritmo de alguna canción de Jenni Rivera. Pero no. Tal vez para la siguiente función.

Y como en todo buen espectáculo, no faltó el acto de “desaparición con retorno”. Esta vez protagonizado por el director de Servicios Públicos, Fernando Villarreal, a quien algunosenvidiosos lo creían eun paraíso caribeño. Pero él nos respondió con una fotografía desde la Presidencia para desmentir los rumores. ¿Usó filtros? ¿Montaje con IA? ¿Escenografía? Lo que sí quedó claro es que el sentido del humor no le falta.

Mientras tanto, el gran maestro de ceremonias, Román Alberto Cepeda, recién aparecióapenas este miércoles por la tarde —en SIMAS y sin prensa — luego de un viaje por la capital nacional. Dicen que fue a gestionar proyectos; otros opinan que su silla vacía ya forma parte del mobiliario fijo del Palacio Municipal. ¿Será escapismo nivel Houdini o simplemente vacaciones sin itinerario?

Al final, en este circo lagunero, el show debe continuar.
Y aunque hay quienes insisten en brillar con luces propias, no hay que olvidar que en política —como en la carpa— no todo el que se disfraza sabe entretener.

Hay funciones que cuestan… pero no en taquilla. En credibilidad.

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