
El humo químico de Lala sí pasó,pero niega acceso a Protección Civil en plena emergencia

La Laguna amaneció este martes con un sabor amargo, y no precisamente por el café. En el complejo industrial de LALA en Torreón, un accidente químico encendió las alarmas desde las 08:00 de la mañana y dejó en evidencia que, en materia de Protección Civil, la prevención brilla por su ausencia.
Lo que se manejó como un “incidente controlado” terminó siendo la mezcla explosiva de mil litros de sosa cáustica con ácido nítrico, que provocó ebullición y una nube amarillo-naranja visible desde el periférico. Vecinos de Viñedos y colonias cercanas reportaron irritación en ojos, garganta y problemas respiratorios.
Dentro de la planta, empleados denunciaron que fueron encerrados para evitar que salieran durante la contingencia, mientras unos pocos recibieron equipos de protección especializados. En redes circularon videos del humo y, aunque algunos lo tomaron a broma con frases como “se les echó a perder la leche”, lo cierto es que el ácido nítrico puede provocar lesiones pulmonares irreversibles.
El hecho más grave fue que Protección Civil del Estado y del Municipio quedó frenada en seco. La seguridad privada de LALA les prohibió la entrada, como si pudiera estar por encima de la autoridad. La pregunta es inevitable: ¿quién autorizó que se bloqueara a las brigadas de auxilio?.
No se trató de un caso aislado. Apenas a inicios de mes, en el Hospital del IMSS, los guardias federales también negaron el paso a Protección Civil. Se repite la escena: reglamentos en papel y puertas cerradas en la práctica.
La Ley de Protección Civil del Estado de Coahuila establece en su Artículo 12 que toda empresa debe permitir el acceso inmediato de brigadas y contar con un Programa Interno de Protección Civil vigente.
El Reglamento de Protección Civil de Torreón, en sus Artículos 35 y 44, ordena que los establecimientos industriales deben cooperar con las autoridades y permitir el ingreso sin restricción en casos de emergencia, además de prever sanciones para quienes obstaculicen la labor.
En el caso de LALA, ninguna de estas obligaciones se cumplió. Y surge otra pregunta: ¿dónde quedaron los protocolos municipales y estatales que por ley debían aplicarse?
La omisión se concentró en dos oficinas: la de Jorge Luis Juárez Llanas, director municipal de Protección Civil, y la de Claudia González, coordinadora estatal regional.
Esta última, conocida en los pasillos como #LadyCapullo, volvió a confirmar —según sus críticos— que carece de preparación técnica y liderazgo. Se le acusa de preferir pedir despensas, agua o muebles a empresarios, antes que exigir el ingreso a una planta en plena crisis. La duda es inevitable: ¿hasta cuándo seguirá cobrando un cargo para el que no está capacitada?
En Torreón sobran discursos sobre prevención y seguridad, pero cuando la realidad golpea, las brigadas quedan afuera y la ciudadanía adentro del humo.
Los laguneros no pedimos un vaso de leche gratis. Pedimos que los reglamentos dejen de ser letra muerta y que la protección civil, estatal y municipal, no se quede detrás de una pluma de seguridad privada.