
Elección judicial: ensayo para Coahuila 2027

En Torreón, tierra de calor, obras prometidas y políticos eternamente en pre-campaña, ya estamos listos para hacer historia… o al menos para improvisarla.
Y como buen espectáculo de democracia made in México, este miércoles concluyeron las campañas de más de 3 mil 400 aspirantes judiciales. A partir del 29 de mayo entra en vigor la veda: ni selfies, ni foros, ni promesas recicladas. Solo silencio institucional, reflexión ciudadana (en teoría) y uno que otro huevito San Juan sin caducar.
Este 1 de junio, Coahuila y el país vivirán una elección judicial “inédita” —así, con comillas, fanfarrias y redoble de tambores— donde el pueblo podrá votar por jueces y magistrados.
Suena bonito. Democrático. Escandinavo, incluso. Pero apenas se rasca la superficie y lo que aparece no es justicia, sino el polvo institucional del viejo sistema, maquillado con “participación ciudadana” y perfumado con legalidad 4T.
Una especie de PRI recalentado en microondas… envuelto en papel de transformación.
En Torreón, como buenos coahuilenses obedientes, ya tenemos listas las boletas… pero ni idea de quiénes son los nombres impresos.
La mayoría de los ciudadanos no conoce a los candidatos.
Los partidos “no metieron las manos” —porque el guiso ya venía servido desde Palacio… ¿Rosa o Nacional?— y las campañas fueron más silenciosas que un mitin del PAN en una secundaria pública.
Las listas circulan por WhatsApp como si fueran cadenas milagrosas.Y los aspirantes judiciales publican selfies con cara de: ¿Y yo qué hago aquí?
Porque esta elección, más que innovadora, parece una broma jurídica dirigida por la 4T. Una democracia estilo Lala: pasteurizada, homogeneizada y con caducidad política.
Aunque Coahuila presume «innovación electoral», lo cierto es que el dedazo sigue vigente… solo que ahora disfrazado de “proceso participativo”. Los favoritos ya venían seleccionados. En Torreón, apellidos conocidos y amigos del poder lograron pase VIP.
Lo demás es puro relleno institucional para justificar cuotas.
Y ni así han informado con claridad a las lideresas seccionales cómo votar. Las citaron para una plática, les prometieron revelar «el final de la película» y, de paso, les regalaron su Huevito San Juan. A tres días de la elección, siguen esperando instrucciones… o al menos algo más sustancioso que proteína procesada. Spoiler: tampoco les han depositado a tiempo.
Hablando de estructuras con ínfulas locales… La jefa priista Verónica Martínez —fiel escudera del cepedismo— descubrió que ponerse el chaleco verde de Mejora Coahuila podría congraciarla con los del Estado. Aunque el color no combine con su outfit, prefiere grabar videos institucionales con sonrisa ensayada, antes que atender a su estructura real.
La diputada federal quiere jugar por la silla interina si Román Alberto Cepeda se va. Por eso, bloquear o minimizar esta elección judicial —esa que podría afectar a Mery, perdón, a “los jueces”— le suma puntos en lo local.
Aquí no se vota por justicia.Se compite por cuotas futuras.
Esta elección también sirve como termómetro:Se medirá Morena vs el PRI, antesala al 2027, en un duelo tan necesario que revivieron a Luis Fernando Salazar papá… como columnista. Yla resignación de su hijo, Luis Fernando «El Chido» Salazar, que ya apunta hacia la alcaldía de Torreón. Por su parte, Antonio Attolini ya se alista para otra diputación local… en urnas o por la vía plurinominal. Lo que caiga primero.
Y así, en pleno 2025, en este norte bravo donde el calor pega parejo y las boletas se reparten como volantes de rifa, queda claro:En Coahuila, la justicia también puede ser electa… siempre y cuando no estorbe al sistema.