Compañeros tóxicos: El juego de poder en el Ayuntamiento de Torreón

En los pasillos del poder en el Ayuntamiento de Torreón, el compañerismo no siempre es cuestión de afinidad o profesionalismo, sino de conveniencia. En la administración pública, los trabajadores tóxicos abundan, y el tráfico de influencias, la simulación y la lealtad fingida pesan más que la eficiencia.

Esto es moneda corriente en el gobierno municipal de Torreón, encabezado por Román Cepeda. La reunión de gabinete de este martes, anunciada para «revisar avances», en realidad se tradujo en un corte de caja de las elecciones cenetistas del domingo. Ganaron, sí, pero no arrasaron como pretendían.

Prueba de ello fue la postura agachada del director Héctor Estrada, quien se gastó hasta lo que no tenía de Desarrollo Social para la causa, pero el resultado dejó mucho que desear. Más que una evaluación administrativa, la reunión marcó el camino para velar a su candidato a diputado local. Todo indica que la apuesta será Raúl Alejandro Garza del Valle, dejando nuevamente huérfana la séptima regiduría.

El catedrático con permiso de la UAdeC es el auténtico comodín del Ayuntamiento: un día es director, otro regidor y posiblememte candidato. Un reciclaje político que confirma lo que ya sabemos: en Torreón, la silla importa más que el proyecto. En esta reunión, llamó la atención que las pocas mujeres que integran este «club de Toby» llegaron empoderadas por el espíritu de la recién fallecida Paquita la del Barrio, pues se repelaron en una esquina entre puros miembros masculinos. Las féminas tienen que soportar a sus compañeros de trabajo tóxicos, como Angelina Lydia García Ruenes, jefa del despacho quien en esas reuniones surgió con su mote de «la todopoderosa», pues no soportan que una mujer se crea jefa en cualquier entorno laboral.

En esta reunión también se comentó que el jefe de gabinete de «ornato», Ariel Martínez, preferiría que en ese grupo de mujeres estuviera su amiga, la abogada Erika Sotomayor. Dicen que desde el cuarto piso, a donde lo bajaron, impide que el neocepedista Christian López pueda meter a su gente como director de Atención Ciudadana, pues solo le mete zancadillas. Algo similar ocurre en Comunicación Social, donde Yohan Uribe, «#LordFragmentado», sigue sin concretar una imagen positiva del alcalde. Al contrario, ve sus órdenes revertirse, como la de prohibir el uso de la marca de #MiQueridoTorreón❤️, la cual aún conservan al menos en la cuenta de Román.

Por eso, la tensión ha aumentado en el área de comunicación, algo que se hizo evidente la mañana de este lunes, como se lo informamos ayer. En el único evento público que ha tenido el alcalde, el jefe de comunicación llegó a correr a su gente, como al «milfiltros» de nombre Mayquer, a quien, a su estilo, Uribe le «pidió» que se retirara con todo y su equipo digital,. A esto se le suma el enojo por el control de la agenda de trabajo de SIMAS, que volvió a demostrar su autonomía al informar sin compromisos personales, como cuando esta área la controlaba la señora Cristal Barrientos, #LadyTemu, desde la presidencia.

Los malpensantes creen que Román Cepeda volverá a ausentarse, pues desde las últimas reuniones de gabinete tiende a desaparecer, lo que ya genera resignación entre los funcionarios que aún faltan por ratificar, pero al menos siguen cobrando. Al final, la lealtad en la política es como el café: puede parecer fuerte, pero muchas veces es solo agua pintada. En Torreón, las sillas cambian de dueño, pero el guion sigue siendo el mismo.

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