Muere niño de 6 años al desplomarse techumbre en primaria de San Pedro

San Pedro,.– Un trágico accidente cobró la vida de un niño de seis años dentro de la primaria Cuauhtémoc del ejido San Miguel, luego de que parte de una techumbre en construcción se desplomara y lo golpeara en la cabeza.

El menor se encontraba en el área donde padres de familia realizaban trabajos para instalar una cubierta metálica financiada con recursos del programa federal “La Escuela es Nuestra”, cuando uno de los tubos estructurales cedió y cayó sobre él.




⚠️ Obra sin supervisión ni autorización

De acuerdo con los primeros reportes, la construcción no contaba con autorización ni validación técnica del Instituto Coahuilense de Infraestructura Física Educativa (ICIFED), ni con permisos de la Secretaría de Educación del Estado.

La obra era ejecutada directamente por padres de familia, pese a que en reuniones previas se había advertido que este tipo de proyectos carecen de supervisión profesional y dictamen estructural.
Incluso, el propio director del plantel habría manifestado su inconformidad, al señalar que no se debía avanzar bajo esas condiciones.


Falta de control y responsabilidad compartida

El accidente reabre la discusión sobre los riesgos de las obras escolares sin peritaje técnico, especialmente cuando se trata de infraestructura pesada que puede poner en peligro la vida de los alumnos.

Expertos consultados por medios locales recordaron que el programa “La Escuela es Nuestra” transfiere directamente recursos a las comunidades escolares, pero deja en manos de los comités de padres la ejecución de las obras, lo que ha generado casos de improvisación y falta de control estructural en diversos municipios del país.




💬 Llamado a revisión de protocolos

Hasta el cierre de esta edición, ni la Secretaría de Educación de Coahuila ni el ICIFED habían emitido posicionamiento oficial sobre el hecho.
Familiares del menor exigen justicia y la revisión de todas las techumbres escolares en construcción bajo el mismo esquema.

Este lamentable suceso no sólo evidencia un vacío de supervisión institucional, sino la urgencia de replantear cómo se aplican los programas federales en infraestructura educativa cuando la buena intención se impone sobre la seguridad.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *