«Pepé en la ciudad de los títulos mágicos»

En la política local, las escenas de confrontación están a la orden del día, y los protagonistas no escatiman en darle un toque de dramatismo digno de telenovela. En este episodio, Antonio Attolini se lanzó al ruedo con acusaciones contra José Ganem, secretario del Ayuntamiento, buscando destapar un escándalo sobre su cédula profesional. Pero en un giro inesperado, la trama que prometía desenmascarar al funcionario se quedó en simple verborrea, mientras las dudas y los rumores siguen flotando en el aire. La historia de esta semana nos lleva al primer piso del Ayuntamiento, donde se cruzan lealtades y viejas rencillas, en un espectáculo político que raya en lo surrealista.y amenazas de que vienen más cosas de esta telaraña política.

La política local sigue dándonos momentos que parecen sacados de un reality show, con personajes que prometen mucho, pero entregan poco. En este episodio, Antonio Attolini, con más pretensiones que pruebas, intentó sacarle más trapitos al sol a José Ganem, secretario del ayuntamiento, con acusaciones que terminaron cayendo como un castillo de naipes.

El guion era simple: Attolini afirmó que Ganem no tenía cédula profesional como abogado, cuestionando su legitimidad para el puesto. Hasta aquí todo bien. El problema vino cuando el diputado quiso ser el héroe justiciero en un noticiero local. En lugar de acabar con Ganem, terminó en una emboscada ante los cuestionamientos por l la expertise del conductor. dejando que el secretario saliera con pequeños rasguños.

La «bomba» de Attolini resultó ser un petardo mojado. Su «evidencia» era más de verborrea, en vez de revelar algo impactante, dejó todo a medias. Le hubiera rascado un poquito más y conseguido el video que guarda hoy una regidora del PRI, donde se ve un evento violento que involucra a Pepé en plena campaña al poniente de la ciudad. Pero no. Attolini prefirió quedarse en la superficie.

Lo que sí apareció fue un documento filtrado de la universidad donde Pepé fue a calentar la banca. La misiva, que solo llegó a ciertos medios amigos por parte del equipo de «incomunicación social» que parece más de Ganem que del propio ayuntamientoo del alcalde, aseguraba que su cédula profesional está «en proceso».

Ese documento generó más dudas que certezas. ¿Cómo es posible que un funcionario de su nivel no tenga aún su cédula? ¿Acaso terminó la carrera hace poco o simplemente consiguió un título exprés? Las preguntas no se hicieron esperar, y la universidad implicada tampoco del todo bienbien librada. La credibilidad de la carta es tan frágil como un castillo de arena en una tormenta., aún cuandop el jefe de comunicación, #lordtaliban se crea cercanoi a la institución educativa, pero ren realidsd lo tienen fichado por el trato a sus egresados en el medio que dice no es suyo.

¿Qué pensará de todo esto doña #LedyTemu del apoyo total que le da el fragmentado de su jefe, #LordTalibán a Pepé? No hace mucho, tanto ella como Ganem se odiaban a muerte cuando trabajaban en Prevención del Delito. Ahora, sin embargo, parecen haber dejado el pasado atrás. Ambos han encontrado en el alcalde un punto de convergencia, compartiendo estrategias y juramentos en el primer piso del Ayuntamiento, aunque la sombra de viejas traiciones sigue presente.»

Por cierto, en una imagen desconocida de Ganem, mesurado y sin barba, pero visiblemente nervioso, contestó a la prensa los cuestionamientos que hizo Attolini en su contra. Incluso dijo que no lo conocía, pero siempre hay un tuit, y en este caso fueron varios los que logró rescatar el legislador, donde Ganem era su «hater» en la plataforma de X.

Lo irónico es que hoy es todo lo contrario. Attolini acusó a Pepé de mantener un esquema de corrupción y violencia que funciona a partir de la amenaza, el hostigamiento y la intimidación para lograr sus objetivos políticos. Pero como en todo, las palabras se las lleva el viento si no hay pruebas contundentes. En esta ocasión, Attolini fue quien quedó en deuda con la audiencia, mientras Ganem sigue navegando en aguas turbias, pero intacto, por el momento.
Laa pregunta persiste: ¿sigue Cepeda siendo un espectador o un simple avctor de repartode lo que ocurre dentro de su película como alcalde parte 2?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *