¿Regresa Sofía García Camil?: El futuro de la cultura en Torreón entre favores y alianzas políticas

En la política cultural de Torreón, la Dirección de Cultura Municipal parece ser ese espacio que todos olvidan, incluidas las mismas personas que lo encabezan. La pasada administración que termina deja mucho que desear; no solo hubo ausencia de propuestas reales, sino que cualquier intento de iniciativa cultural fue diluido en trámites burocráticos que no tuvieron impacto en la comunidad.

Casa Cantera, uno de los espacios culturales más relevantes, es un reflejo de esta situación. Dado en comodato durante el gobierno de Rubén Moreira, bajo la gestión de Sofía García Camil, este lugar que alguna vez fue un referente cultural ahora es apenas una sombra de lo que fue. Y es precisamente García Camil quien, tras un largo periodo en la nómina estatal —incluso llamada la zarina de la cultura por repetir puesto en dos administraciones continuas— busca retomar protagonismo postulándose como la nueva directora de Cultura Municipal.

Resulta curioso que García Camil, prima del actor Jaime Camil y del diputado federal plurinominal por Morena Sergio Mayer, haya decidido regresar a Torreón para encabezar la cultura municipal. ¿Una casualidad o un movimiento estratégico? No olvidemos que fue ella quien impulsó a Antonio Méndez Viggatta en su momento, gracias a su cercanía con Román Alberto Cepeda, entonces secretario del gobierno de Miguel Riquelme.

Este entramado de favores políticos que inició hace más de una década sigue vigente. García Camil ha estado cobrando de la nómina estatal durante 13 años, desempeñando diversos cargos que, para algunos, no han dejado huella significativa, al menos en la cultura local. Ahora, su posible regreso parece obedecer a una estrategia más amplia de reacomodo de figuras en puestos clave, donde Torreón se convierte en el escenario ideal para este teatro político.

Pero García Camil no es la única aspirante al puesto. Otra figura emerge en esta trama: una mujer rubia de las alturasque, desde hace años, sueña con encabezar la Dirección de Cultura Municipal. Sin embargo, la dependencia ha perdido su propósito desde hace varias administraciones, convirtiéndose en una oficina más dentro de la burocracia local, sin una visión clara de lo que la cultura debería aportar a la sociedad.

Los malquerientes aseguran que Sofía García Camil apenas está avisando que regresa a Torreón, después de haber bajado varios niveles en la escala estatal. En su posición actual, como «una funcionaria más» de la espontánea Secretaría de Vinculación Ciudadana, bajo las órdenes de María Bárbara Cepeda, depende directamente de Blas Flores González, el todólogo del gobierno estatal. Claro, Sofía está al menos cuatro niveles por debajo de Blas en la estructura, lo que explica su intención de buscar algo de protagonismo regresando a Torreón.

Mientras tanto, los rumores sobre intercambios políticos entre Román Cepeda y el gobernador Manolo Jiménez comienzan a tomar fuerza. ¿Acuerdos entre nóminas? ¿Reacomodo de lealtades? ¿Será este otro pacto político para mantener contentas a ambas partes? Parece que todos andan atareados cuadrando cifras y moviendo piezas para el presupuesto de este año.

La verdad es que la Dirección de Cultura Municipal lleva años siendo un trámite más. Cada cambio de dirección es solo una formalidad para seguir alimentando la maquinaria burocrática, sin ofrecer nada verdaderamente transformador para la cultura de la ciudad. Torreón necesita urgentemente un liderazgo cultural que deje de ser una ficha en el tablero político y comience a construir una visión auténtica y fresca para la comunidad.

¿Será posible que en esta nueva administración se logre algo más que el simple resurgimiento de figuras vinculadas a intereses políticos? ¿O seguiremos viendo el mismo ciclo de luces, letreros y promesas vacías? La cultura en Torreón merece mucho más que trámites y favores. La respuesta, como siempre, la tiene el tiempo.