Hace apenas un par de años, Shamir Fernández, entonces diputado local del PRI, era el fan número uno de Leticia Herrera. Con tuits entusiastas y una matraca en mano, proclamaba a los cuatro vientos su apoyo: “Lety Herrera es una gran mujer, con visión de progreso y productividad”. Pero la política tiene memoria corta, y parece que Shamir también.
Tras su derrota y un discreto retiro, resurge ahora como “líder moral” de los regidores de Morena en Torreón, anunciando con toda seriedad que Gómez Palacio será “guinda” en 2025. Lo curioso es cómo pasó de ensalzar al PRI a alabar la 4T con la misma pasión, dejando claro que, en política, las lealtades son tan flexibles como las necesidades del momento.
El cambio es evidente: de priista entusiasta a morenista convencido en tiempo récord. ¿Convicción o simple pragmatismo? Más bien parece un manual de supervivencia política, donde lo importante no es el partido, sino mantenerse en el juego. Al final, Shamir sigue demostrando que, en política, todo se vale… mientras haya silla.