
¡Chingue a su madre el que deje algo!… El año de Hidalgo en Torreón

Una expresión tan popular como explosiva. Se dice “de Hidalgo” al fondo que se brinda cuando no se deja ni una gota en el vaso. Y no, no tiene que ver con el padre de la patria, sino con la rima deslenguada del ingenio mexicano.
En Torreón, sin embargo, no hablamos de bebidas… sino de terrenos, permisos, camionetas y favores bien lubricados.
Ya huele a traspaso, pero no de poder: huele a remate político con sello oficial.
Lo que parecería el último mes del gobierno de Román Alberto Cepeda, tras una primera temporada llena de créditos sin aplausos, hoy se vive como un verdadero “Año de Hidalgo”.
Los rumores sobre una salida anticipada en este primer semestre han despertado el clásico instinto de rapiña: que no quede nada… salvo los escombros del erario.
Trueque urbano y chantaje administrativo
En Ordenamiento Territorial y Urbanismo, el director Gustavo Muñoz López es señalado por condicionar permisos de construcción a cambio de propiedades.
Una especie de trueque feudal con tintes modernos:
—¿Quiere construir? Pues deje la esquinita.
Caso emblemático: la torre de departamentos sobre calle Cobián, donde el constructor prefirió detener la obra antes que regalarle un depa a la banda del poder.
Cuotas oficiales al estilo Netflix
Mientras tanto, en Inspección y Verificación, se multiplican las “visitas amistosas” a bares, yonkes, recicladoras y autolavados.
Las cuotas, según testimonios, ya parecen tarifas de Netflix:
- Bares: $6,000 a $9,000
- Yonkes: $4,000
- Recicladoras: $3,000
- Autolavados: $1,000
- Clandestinos: $3,000 mensuales (con descuento si se portan bien)
El nombre de “Checolín” resuena como supuesto gestor con pase exprés para lubricar trámites.
El “cártel urbano” del poder local
La síndica Natalia Fernández y Éder Farías —viejos conocidos desde la primera administración, cuando ella era secretaria del Ayuntamiento— son mencionados en el reparto alegre de concesiones y el uso patrimonial de inmuebles públicos.
Algunos ya lo llaman sin pudor: “el cártel urbano”.
No se trata solo de rumores: fotos, publicaciones y declaraciones documentan cambios patrimoniales notables en sus círculos.
Desde Jurídico, Farías es acusado por trabajadores de maquillar liquidaciones laborales.
Les daban tres pesos y medio… y lo demás se perdía como los vales de despensa en diciembre.
Lady Fayuca y los sobres del cariño institucional
En plena danza de concesiones, muchos obtuvieron las suyas.
Ejemplo: “Lady Fayuca”, quien se habría llevado cuatro concesiones de taxi gracias al afecto institucional… y unos sobres amarillos provenientes de SIMAS, el Ayuntamiento y su exjefe político.
Hoy, según vecinos y conocidos, sufre para saber cómo pagará su camioneta modelo 2025… si se dan los cambios.
Fiestas privadas y familia feliz en nómina
Uno de los funcionarios —cuyo nombre recuerda a una marca de detergente— ha pasado de la discreción a las fiestas privadas con toldos, DJ, hieleras llenas y cheques abiertos.
Habría adquirido casas en zonas exclusivas como si fueran combos del Buen Fin.
Su familia, por supuesto, está en nómina… de Turismo, Catastro: la familia feliz.
La sobrina del alcalde, Angelina García, jefa de Despacho, se mueve —según dicen— más entre notarías y desarrollos inmobiliarios en Almanara que en su oficina del séptimo piso del Palacio Municipal.
Su compañero de piso, el refinado Enrique “Rolex” Flores Hernández, también da de qué hablar: señalado por facturar a nombre de Presidencia y por acomodar a su familia con ternura presupuestal. Dicen que donde hay nómina, hay familia cobrando.
Y en Desarrollo Social, el ya célebre Héctor Estrada tiene fama de llevarse lo que no está clavado: desde materiales de construcción hasta “recuerditos” de los apoyos sociales.
Trabajadores lo acusan de operar como invitado colado a una quinceañera: con hambre, sin vergüenza.
Y no son los únicos funcionarios . Ya se habla de otros con terrenos, casas y villas amuebladas con valor de hasta 90 millones de pesos. Entre ellas, una residencia de lujo en Las Villas, presuntamente vendida por un empresario gasero: la más grande del condado, construida con block térmico —no de adobe—, como para no sudar el saqueo. También se habrían adueñado de al menos dos locales sobre el paso a desnivel de 4 Caminos, reservados para la familia de alguien del círculo más cercano al poder.
Si usted pensaba emprender en esa zona, mejor búsquese una página de Facebook… y hágale como las “nenis”.
Karma y taxis: la mudanza se aproxima. Algunos de los que presuntamente recibieron concesiones de transporte ya evalúan si mejor las usan para mudarse cuando suene la música del adiós… que podría empezar antes de diciembre.
Mientras tanto, SIMAS Torreón enfrenta un juicio por 168 millones de pesos, justo cuando solicitó un crédito por 120 millones.
¿La cereza en el pastel? El hijo del demandante trabaja en el propio municipio. Coincidencias, dirán algunos. En realidad, parecen operaciones con guante blanco… y saldo rojo.
En Torreón no hay transición política: hay traslación patrimonial. El “Año de Hidalgo” no es metáfora: es modus operandi.
Porque aquí, al parecer, chingar es un derecho… y dejar algo, una ofensa.
Y mientras tanto, tratando de frenar los acuerdos con Saltillo, desde el cuarto de guerra en Arámeo, este domingo intentaron poner piedras en la elección judicial para evitar que el ungido de Miguel Mery repita el cargo… y con ello evitar sea el posible sustituto de Román.
Recuerden: esta columna es puro humor negro con datos de primera mano. Si se siente aludido u ofendido, felicidades: acaba de comprobar que vamos por buen camino.
Porque en Torreón, la verdad duele… pero aquí la contamos sin rodeos ni miedo. Siga leyendo y prepárese, que lo que sigue es solo el principio.