Coahuila vuelve a ser protagonista de una nueva controversia, pero esta vez no por danzas «fifís» en el Vaticano, sino por el escándalo de corrupción que resuena hasta Palacio Nacional. En la reciente mañanera de Claudia Sheinbaum, se mencionó una presunta complicidad entre empresarios de Torreón y el Poder Judicial, todo en el contexto del negocio de las gasolineras. La polémica, que involucra a la empresa SIMSA, se suma a una serie de manipulaciones políticas y empresariales que han marcado la región. Mientras tanto, la administración de Román Cepeda sigue atrapada en una neblina mediática, con una estrategia de comunicación que genera más dudas que certezas. ¿Será este el inicio de una purga política o un claro reconocimiento de una gestión fallida? Para conocer más detalles sobre el poder, la política y las tensiones que sacuden a Torreón, te invitamos a leer nuestra columna en El Bastón del Mando.
Coahuila en la mira por gasolineras
Esta semana, Coahuila volvió a ser el epicentro de la polémica nacional, y no precisamente por llevar danzas folclóricas #fifis» al Vaticano, sino por los señalamientos de corrupción que resuenan hasta el Palacio Nacional. Durante la mañanera de la presidenta Claudia Sheinbaum, se mencionó una presunta complicidad entre empresarios de Torreón y el Poder Judicial de , específicamente en temas relacionados con gasolineras.
El escándalo apunta a la empresa lagunera SIMSA, que fue señalada por supuestamente influir en decisiones judiciales para favorecer sus intereses comerciales. Aunque la compañía ha salido a rechazar cualquier acusación de interferencia, las aguas políticas y empresariales de la región están algo turbias.
Recordemos que no es la primera vez que Torreón se ve envuelto en una trama similar. En 2024, Raúl Rodríguez Garza, entonces director de Inspección y Verificació municipal, fue el cruxificado tras aplicar clausuras cuestionables. Uno de los episodios más sonados fue el cierre previo a la inauguración de la gasolinera de Costco, que según versiones afectaba los intereses de gasolineras vinculadas a un empresario con notable influencia en la región, patrocinador de cualquier evento.
En octubre del año pasado, Rodríguez Garza fue removido tras supuestas órdenes de Natalia Fernánde de poner sellos de clausura a la gasolinera de Cotsco, Natalia, quien se sentía alcaldesa, no era más que secretaria del Ayuntamiento y hoy funge como síndica de mayoría. La política lagunera parece seguir una línea conocida: clausuras estratégicas y medidas administrativas que benefician a unos pocos.
El caso actual trae a la memoria lo ocurrido en 2019, cuando Sergio Lara, entonces secretario del Ayuntamiento. El hoy regidor de opodsición, fue señalado por obstruir las operaciones de la gasolinera PROGAS. La empresa denunció actos de terrorismo empresarial y desacato por parte de las autoridades municipales, en un conflicto que evidenció cómo los intereses privados se entremezclan con los públicos en Torreón.
Mientras tanto, Miguel Mery Ayup, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Coahuila y lagunero de cepa, ha optado por un estratégico silencio. En lugar de fijar una postura clara ante las acusaciones que pesan sobre el sistema judicial que encabeza, parece más interesado en promocionar eventos culturales como la Camerata de Coahuila.
Curiosamente, también sus jueces en Torreón han sido enfáticos en negar la posibilidad de que mujeres adultas mayores, enfermas y sentenciadas, cumplan sus condenas en casa bajo monitoreo electrónico. ¿La razón? ¿Amiguismos? ¡Pero también se sabe, por otros juicios, que solo hay 40 brazaletes disponibles en la región! Tal parece que la justicia local se ve limitada por el inventario.
Pero aquí surge la pregunta: ¿por qué no aprovechar su cercanía con los “empresarios altruistas” para que se mochen con unos cuantos brazaletes más? Al fin y al cabo, para ellos no es problema financiar causas nobles… siempre y cuando haya un evento social y una buena foto de por medio. Que hagan una cooperacha entre los mismos «empresarios altruistas», que siempre están dispuestos a poner su granito de arena cuando se trata de lucirse en sociedad.
El alcalde en la neblina mediática por el ejército de «Coppel»
Román Cepeda, el alcalde de Torreón que en ocasiones parece más ausente que presente, reapareció esta semana, al menos en imágenes que parecen más realizadas por inteligencia artificial, Tras ser señalado por montar actividades con fotografías previamente escenificadas, mientras aparentemente disfrutaba de vacaciones de invierno en Estados Unidos o por tierras regias buscando agrentes inmobiliarios—pues sigue soñando con gobernar desde Saltillo—, el edil tuvo que interrumpir su tiempo libre para grabar un video desde su vehículo. En el clip, invita a la ciudadanía a participar en las mesas de trabajo. Sin embargo, algo llamó la atención: el fondo del video estaba “quemado”, lo que sugiere una intención deliberada de ocultar por qué calles manejaba. ¿Por qué no presumir su “querido Torreón”? ¿Acaso el recorrido no era en la ciudad que gobierna? Estos detalles minan aún más la percepción de un alcalde que prefiere la simulación antes que la cercanía con sus gobernados.
La estrategia de comunicación del municipio ha dejado mucho que desear. Con una nómina robustecida en el área de comunicación e imagen, las acciones parecen carecer de coherencia y efectividad. El pasado fin de semana, en plena contingencia por bajas temperaturas, el alcalde realizó actividades de apoyo a la población más vulnerable. Pero la comunicación de estos eventos fue selectiva. No se convocó a medios críticos, sino únicamente a los «medios amigos», lo que alimenta aún más las sospechas sobre un manejo controlado de la narrativa.
La influencia de #LordArameo —rebautizado por muchos como #LordTalibán— se ha hecho sentir con fuerza. Este personaje, conocido por su perfil autoritario y su control sobre la agenda mediática, parece haber desplazado a #LadyTemu en el manejo de la comunicación municipal de dar «apoyos». Pero este amor-odio laboral no es exclusivo del círculo interno. Los roces han trascendido a otras dependencias municipales, donde los empleados de comunicación social han sido presionados para alinearse con esta dupla que parecen más cobradores de «Coppel», pero bajo amenaza de perder su empleo.
Hay rumores de que la intención es convertir la «vía» de un medio privado en el órgano oficialista del Ayuntamiento. Esto implicaría no solo pagar su nómina por hacer entrevistas a modo a funcionarios cercanos, sino también hacer notas con ChatGPT contra el gobierno estatal. Los medios críticos quedarían relegados y bajo constante ataque, ya que los medios grandes no tienen permitido el acceso si no es en compañía del alcalde, ni siquiera si llevan puros de cortesía. La administración municipal enfrenta un momento crítico, con cambios inminentes en el gabinete, y algunos funcionarios no serán ratificados. ¿Será este el inicio de una purga política o el reconocimiento de que la estrategia de comunicación está fracasando?
Las denuncias por agresiones y difamaciones a periodistas se pueden seguir acumulando. Algunas versiones apuntan incluso a presuntos actos de hurto. ¿Qué opina el alcalde de todo esto? ¿Seguirá siendo un actor secundario en su propia película?