
El primer bastonazo se sintió entre losrepresentantes estatales de Coahuila, particularmente en Torreón, donde la reorganización política se ha vuelto urgente para contrarrestar los movimientos de Morena. Con la dupla Guadiana-Villarreal tejiendo alianzas estratégicas (tema que abordamos en el otro bastonazo), el PRI ha optado por replegarse, mantener la unidad y evitar caer en el divisionismo que podría desmoronar su estructura.
A pesar de los múltiples cuestionamientos que recibe el PRI, hay que reconocerle su capacidad para mostrar unidad cuando es necesario. Las bajas temperaturas sirvieron como telón para un «jalón de orejas» enviado desde Saltillo. Los sobrevivientes del grupo Torreón tuvieron que reagruparse bajo un solo estandarte: el del equipo de Coahuila. Así, entre frazadas y vasitos de café, salieron a las colonias más vulnerables para mitigar tanto el frío externo como el interno que enfría sus ambiciones políticas.
Incluso la coordinadora del DIF estatal, Lorena Safa, tuvo un primer acercamiento a las zonas más desfavorecidas de Torreón, donde las carencias son evidentes: hogares sin piso firme, techos de lámina y una precariedad que rara vez se menciona en los informes oficiales. Este esfuerzo no fue solo humanitario, sino también una muestra de respaldo hacia Hugo Dávila, coordinador regional del programa Mejora. Este programa, insignia del gobernador Manolo Jiménez, busca replicar el modelo que lo llevó al liderazgo estatal.
Hugo Dávila: Del frío a la fotografía política
Aunque Dávila lleva meses al frente del programa, su presencia había pasado casi desapercibida. Esto se debía, en gran medida, a su cercanía con el equipo de Román Cepeda, alcalde de Torreón, un vínculo que generaba fricciones internas. Desde el círculo cercano al edil, el apoyo a Dávila era a regañadientes, lo que explica su bajo perfil inicial. Sin embargo, una reciente fotografía en una mesa de acuerdos evidenció un cambio de rumbo: Dávila al centro, rodeado de figuras clave del priismo local y políticos de cepa, como Xavier Herrera y Eduardo Olmos, entre otros líderes sectoriales.
Pero también estuvieron las «orejas» del alcalde: Felipe González, y Héctor Estrada. La presencia de Felipe , suplente de Dávila en el Congreso local, fue notable. González ha sido utilizado por el municipio para responder a las críticas de Antonio Attolini (Morena) contra Cepeda y ha jugado un papel incierto, obedeciendo a dos bandos: el del alcalde y el del gobernador. Él era el responsable de los vecinos de la colonia Lázaro Cárdenas, que encararon a Román. de Por su parte, Héctor Estrada, director de Desarrollo Social de Torreón, parece haber recibido el mensaje: alinearse con la estrategia municipal es esencial para mantener su posición. Esto incluye acciones cuestionables como enb su momento de acumular apoyos del programa «Mejora» en bodegas cuando Manolo era secretario deesa dependencia y aspiraba a la gubernatura, generando e el descontento de Román Cepeda, por lo que mandaba a ocultar la «M» del programa como diera lugar.
Este reacomodo no solo busca mitigar tensiones internas, sino también dar pie a cambios pausados en la región

Laguneros apuntan a puestos federales: entre romances y ambiciones
Mientras el PRI busca reorganizarse, Morena avanza con su propia estrategia en Coahuila. La dupla política y sentimental formada por la senadora Cecilia Guadiana y el delegado Américo Villarreal ha comenzado a tejer una red de poder en el estado. Sus movimientos, más allá de lo romántico, buscan consolidar su influencia de cara a las elecciones intermedias de 2026.
Por su parte, los neomorenistas laguneros Shamir Fernández y Pilar Anguiano también están jugando su propia partida. Anguiano, como suplente de Guadiana, podría beneficiarse en los últimos meses del sexenio al cubrir a Cecilia, quien buscará la gubernatura. Sin embargo, en el caso de Shamir, su historial de abandonar proyectos a medias —como su intento de ser alcalde de Torreón, primero por el PRI y luego por Morena— deja dudas sobre su capacidad para consolidarse en un rol relevante.
Recientemente, Shamir estuvo en la Ciudad de México buscando un «hueso» en la administración federal. Sus esfuerzos se han centrado en obtener la delegación de la CONAGUA, donde su experiencia con el proyecto «Agua Saludable para La Laguna» podría jugar a su favor. No obstante, este cargo también lo coloca en una posición incómoda debido a posibles conflictos de interés como supuesto contratista en el lado duranguense del proyecto. Como plan alternativo, se menciona su posible nombramiento en la Comisión Nacional de Vivienda, aunque su desafío seguirá siendo demostrar que puede culminar un ciclo completo.

Finalmente, otro actor que reaparece en la escena política es Jorge Luis Morán, expriista, exalcalde interino de Torreón y ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de Coahuila.Ahora se dice que ha ingresado al CISEN, y su rol en la inteligencia civil del país genera cuestionamientos, especialmente debido a su historial de reprobar los exámenes de control y confianza. Esto podría infundir temor entre sus detractores y aquellos que en su momento lo traicionaron, incluidos quienes, tras recibir beneficios como autos blindados y exescoltas, eventualmente lo abandonaron.

Bonus Bastonazo: Comunicación Social en el Limbo
A petición de sus fieles lectores –y como si fuéramos la recepción de quejas–, informamos que la llegada de «Lord Fragmentado» a Comunicación Social de Torreón ha desatado un ambiente de tensión en el primer piso. Pareciera que su misión es desmantelar al equipo que fue el respaldo de Román Cepeda en sus primeros años, dejando a los sobrevivientes al borde de formar un sindicato. A esto se suman las nuevas adquisiciones, quienes tampoco han recibido certeza laboral, lo que ha agudizado el clima de incertidumbre y desconfianza en la dependencia.
Solo «Lady Temu», quien, pese a ser degradada a subjefa, sigue aferrada a la promesa de un aumento salarial. A ver si no se arrepiente de no haberse ido como jefa de comunicación en Control Canino. Su liderazgo, junto al de «Lord Fragmentado», se ha reducido a organizar las pseudo-mañaneras del lunes, ahora con registro obligatorio para los medios, bajo el pretexto de «controlar el orden». En el fondo, este movimiento busca evitar preguntas incómodas sobre la constante ausencia del alcalde y los rumores de negocios turbios entre sus colaboradores, temas que abordaremos próximamente en Al Café Político.
