
Hoy en El Bastón de Mando: Gabinete reciclado y saqueo cultural
Torreón, ciudad con una historia de pujanza y carácter, se encuentra en un momento crítico donde las decisiones políticas impactan más allá de la administración diaria. El legado cultural, que define y cohesiona a los laguneros, parece quedar relegado frente a prioridades de corto plazo. Este descuido no es casual; es un reflejo de una desconexión preocupante entre quienes gobiernan y el patrimonio histórico que debería ser protegido y promovido.
¿Cómo enfrentar esta brecha entre la administración pública y la preservación del patrimonio cultural? Este es el debate que urge poner sobre la mesa. Porque una ciudad que olvida su historia y desatiende su cultura está destinada a perder su alma en la búsqueda de un progreso que, aún en su mejor versión, será incompleto sin raíces.

El Gabinete de Román Cepeda: ¿Renovación o reciclaje?
Mientras en otros municipios el trabajo ya comenzó desde hace meses con planes estratégicos bien definidos, en Torreón todo parece un ensayo constante. Este lunes, el alcalde Román Cepeda realizará la prrsentación de su gabinete en una ceremonia discreta, lejos del tradicional protocolo mediático. En el frío cuarto piso de la presidencia municipal, se anunciarán los movimientos que, según se comenta, responden más a intereses externos que a la voluntad del propio alcalde.
Miguel Ángel Zúñiga, quien hasta ayer se desempeñaba como contralor municipal, será trasladado a Servicios Administrativos. Por otro lado, Víctor Navarro asumirá la dirección de SIMAS, un puesto que ya conoce bien gracias a sus vínculos con los negocios más que a su experiencia en gestión pública. Mientras tanto, Eduardo Terrazas Ramos tomará las riendas de la Contraloría en un movimiento que algunos califican como un simple «enroque burocrático».
Se espera también la confirmación del relevo en la Dirección de Obras Públicas. Roberto Escalante, dejaría de «rellenar baches», para ser titular de esta codiciada dependencia. Sin embargo, hay movimientos que llaman la ateción como en Movilidad, donde Juan Adolfo Von Bertrab tomaría el mando. Esta dirección, que parecía destinada al olvido tras su fusión con Tránsito y Vialidad,resurgió bajo la gestión de Luis Morales. Pero Morales enfrenta un obstáculo complicado: las envidias del círculo negro»que susurra al alcalde.
Otro nombre que suena para salir del gabinete es Erika Sotomayor, encargada de Atención Ciudadana. Curiosamente, no es la falta de resultados lo que amenaza su puesto, sino su pertenencia a un grupo político diferente dentro del priismo lagunero. También se rumora que Fernando Villarreal podría ser pausado en el tablero de ajedrez político que se juega en la administración, pero aún mantiene la fe con velas encendidas por la estructura que maneja.
Uno de los aspectos más llamativos es la figura emergente de Ernesto Cepeda , hijo del alcalde Román Cepeda, a quien ya apodan «el cajero automático«. En la reciente toma de protesta, se le vio saludando a políticos y empresarios como si fuera el verdadero alcalde, mientras su padre observaba desde las sombras. Se dice que Ernesto es quien realmente mueve los hilos, en complicidad con personajes de la Ciudad de México, dejando a Román como un ejecutor de decisiones que no le pertenecen.
En este contexto, la Dirección de Comunicación Social se ha convertido en un punto de interés. Se comenta que un «amigo cercano» del alcalde ha tomado el control de esta dirección, alguien que fue su fiel escudero en campañas negras. Al parecer, no había confianza en los actuales integrantes del área, quienes son vistos como «becados» sin mayor influencia.
Pero todo puede pasar, como el caso de Ariel Martínez. quien se perfilaba para ser el próximo Secretario del Ayuntamiento, pero fue desplazado a última hora por Pepé Ganem, en una decisión que ahora está generando más problemas. Se dice que están buscando con urgencia un título de abogado para Pepé, incluso si eso implica recurrir a los servicios de la Plaza Santo Domingo en la Ciudad de México.
Mientras tanto, los ciudadanos de Torreón siguen esperando soluciones reales a sus problemas cotidianos. Sin embargo, lo que encuentran son intrigas palaciegas y juegos de poder en el desangelado cuarto piso de la presidencia municipal. Los movimientos anunciados este lunes podrían marcar un cambio positivo, pero también existe el riesgo de que todo siga igual bajo el sol lagunero.
El gran desafío que enfrenta Román Cepeda no es solo mantener el equilibrio entre los distintos grupos de poder, sino también hacer frente a los resultados de las auditorías de la ASE. Dependiendo de las anomalías detectadas, la Fiscalía Anticorrupción podría entrar en escena, lo que forzaría un borrón y cuenta nueva en la administración municipal. Solo el tiempo dirá si estos ajustes en el gabinete son el inicio de una nueva etapa o simplemente más de lo mismo en la política local.
Saqueo cultural: entre el olvido y la impunidad
Torreón, alguna vez considerada un faro de progreso y patrimonio, hoy parece estar condenada a la amnesia cultural. En medio del clamor por la reinstalación de las esculturas de Gilberto Aceves Navarro, surge una pregunta inquietante: ¿dónde están realmente las obras y, más crucial aún, por qué no es el director de Cultura Municipal, Antonio Méndez Vigatá, quien lidera la defensa de nuestro patrimonio?
Es incomprensible que se defienda con tanto fervor lo que no es una escultura, como el águila del giro Independencia, mientras que piezas históricas y de incalculable valor, como las de Aceves Navarro, se pierden en el olvido. Más alarmante aún es el abandono de símbolos tan representativos como las piezas del Torreón Viejo, que actualmente reposan olvidadas en la Deportiva de Torreón, ajenas al reconocimiento que deberían recibir.
El desdén hacia nuestra cultura no es algo nuevo. Desde los tiempos de Humberto Moreira, la cultura coahuilense ha sufrido un saqueo sistemático. Un ejemplo claro de esta indiferencia es el caso del distribuidor vial, cuyo mal diseño resultó en la destrucción de una escultura hecha con tubos que emitía sonidos al contacto con el viento. ¿Quién recuerda esa pieza? Nadie. Y es que aquí, la memoria cultural no dura ni lo que un sexenio.
Gerardo Berlanga, quien ahora se suma a las filas del morenismo, no se queda atrás en esta serie de despojos. Durante su gestión como director de Obras Públicas Municipal, las históricas vías del tren, que eran testigos del desarrollo industrial de la región, fueron removidas sin contemplaciones. ¿Y qué se construyó en su lugar? La Línea Verde, que, al igual que las esculturas de Aceves Navarro, está condenada al abandono.
En este escenario, surge una pregunta que se nos hace cada vez más urgente: ¿Qué destino correrán la Flor del Desierto y el Porvenir? Aunque todavía se encuentran en pie, es difícil no pensar que seguirán el mismo camino de olvido que las demás obras. En Coahuila, la impunidad parece calar incluso en el terreno cultural.
¿Qué podemos esperar de la Secretaría de Cultura Estatal? La respuesta es clara: nada. Esta dependencia parece más un mero adorno burocrático que una entidad comprometida con la preservación del patrimonio. La anterior titular, Sofía García Camil, pasó 12 años en el poder y, en su gestión, entregó solo teatros y casas de cultura a universidades, como ocurrió con el Centro de Iniciación Artística. Los esfuerzos por rescatar algo de nuestra historia, como la restauración de los murales de la antigua presidencia municipal y su exhibición en el Museo del Algodón en 2013, son simples excepciones que no hacen más que subrayar la regla del descuido.
La cultura de una ciudad es su memoria, su alma. Y en Torreón, esa alma está siendo desmantelada a un ritmo alarmante. ¿Quién se levantará para defenderla? ¿O continuaremos permitiendo que nuestra identidad se desvanezca en el olvido, mientras protegemos piezas que no lo son y olvidamos las que sí lo merecen?
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