El Bastón del Mando: cuando el poder se usa para sembrar miedo

Lo que creían sería una simple alerta…Para todo aquel que osa meterse con el Ayuntamiento de Torreón, la infraestructura cepedista se lanza burdamente con todo, como lo hizo este fin de semana contra el asesor del único regidor de Morena que ha demostrado ser de verdad oposición, Gabriel Francisco. El que pagó los platos rotos fue Juan Gabriel «N», su asesor, por presunto decomiso de drogas, lo que indignó a muchos fue que esta acción se llevó a cabo junto a su hijo.

De acuerdo con nuestros informantes, desde el séptimo piso se dio la orden de ubicar al asesor que en la administración de Jorge Zermeño se desempeñó en el área administrativa de los convenios de comunicación social. Al término de esta gestión, se fue con los regidores de Morena y apoyó a Shamir Fernández cuando fue candidato contra Román. Ahora, estaba como enlace del regidor más pitarroso de la 4T, quien no se da abasto en consignar irregularidades. Además, también colabora con Movimiento Ciudadano del candidato Omar Castañeda. Usted sabe que entre los cepedistas y los Herrera hay cierto vínculo, hasta contra los enemigos… o los que ellos creen ser enemigos.

En una medida hostil, Román y su séquito deshabilitaron el cajón de estacionamiento del regidor Gabriel, acción que también denunció. Pero el mal manejo de crisis de Román y su séquito escaló al utilizar este fin de semana a la policía de Torreón como herramienta de persecución política. Agentes cercanos a este medio nos informan que la orden al jefe de policía, César Perales, viene desde arriba. Perales, que ya se quiere jubilar e irse a su quinta en su natal Chávez, sigue obedeciendo órdenes y ahorrando para su jubilación. Por ello, dicen que sigue cobrando 500 pesos por agente que sube a esas patrullas de lujo. No es de extrañar que haya un déficit de policías municipales que prefieren irse a la estatal o imploran la salida del comisario, temiendo ser fusionados con Vialidad ahora que los quieren armar. Prefieren ser fusionados con Federico Montañez.

Aún no son tiempos electorales y ya comienzan las persecuciones políticas por parte de Cepeda. Dicen que, además de cobrar venganza, es un mensaje para todos los detractores. Desde esta columna, tememos que la gente de Perales se sienta jardinero y quiera sembrar en este bastón algo que quiera desequilibrar el paso de quien escribe esta columna.

«El Bastón del Mando: Ganem, los bares y la violencia oculta en Torreón»

La administración de Román Cepeda se ha convertido en una auténtica telenovela de la vida real, donde los protagonistas cambian cada semana. La semana pasada, el jefe de comunicación, Yohan Uribe, fue acusado públicamente de acoso sexual. Esta semana, los reflectores se centran en Pepé Ganem y, de rebote, en su esposa, la presidenta del Tribunal de Justicia Municipal. El escándalo involucra a Ganem en un incidente ocurrido en el estacionamiento de la cantina «Los Reyes», ubicada en el fraccionamiento El Fresno.

La violencia entre civiles en Torreón no distingue códigos postales. En esta ocasión, el incidente ocurrió en una de las zonas más exclusivas de la ciudad. Desde la mañana de este domingo, la joven Andrea, víctima del ataque, hizo pública su denuncia a través de redes sociales. En una publicación que se viralizó rápidamente, detalló la brutalidad de los agresores. Aunque también circularon videos del incidente, estos fueron misteriosamente eliminados por «fuerzas oscuras». Sin embargo, no contaban con la astucia y el tiempo libre del diputado Antonio Attolini, quien ya había rescatado esos videos, desempolvó la cuenta donde se reciben denuncias contra el funcionario municipal y distribuyó las imágenes. En un análisis cuadro por cuadro, se reveló que uno de los involucrados es, efectivamente, Pepé Ganem, quien ocupa el cargo de secretario «en trámite» del Ayuntamiento de Torreón.

Este caso ya está en la fiscalía; su delegado, Carlos Rangel, recibió personalmente la denuncia y comenzó la investigación.

Mientras el tema ganaba terreno, el silencio por parte de las autoridades fue total, hasta que personas cercanas al secretario trataron de aclarar los hechos, asegurando que actuaron «de buena fe». Pero aquí aplica la vieja frase: “Crea fama y échate a dormir”. Ganem, en un giro inesperado, citó a la prensa en el restaurante Dennis, cerca de su casa y del lugar donde ocurrieron los hechos, para decir que él y sus amigos solo quisieron ayudar, ya que los jóvenes involucrados eran hermanos. Según su versión, el incidente comenzó dentro de la cantina y volvió a estallar en el estacionamiento, donde se encontraba él junto a su esposa y otros amigos. En ese momento, un joven identificado como «Jorge N.», presuntamente menor de edad, según testigos, estaba golpeando a su hermana e intentó ahorcarla. Fue entonces cuando la esposa de un amigo de Ganem, quien también es proveedor musical del Ayuntamiento, intentó separarlos, pero el mismo joven agredió a la señora, lo que desató la trifulca. En las imágenes, se puede ver cómo la esposa de Ganem, Martha Rodríguez, intenta calmar a su esposo pidiéndole que no intervenga.

Ganem aseguró que fue él quien llamó a las autoridades y que se puso a disposición de la fiscalía y de la propia familia. Afirmó que todo el escándalo era un show mediático orquestado por el diputado Attolini.

Demos el beneficio de la duda a Ganem; sin embargo, surgen varias interrogantes: ¿Qué hacía un menor de edad, presuntamente alcoholizado, en ese lugar? ¿Dónde estaba el operativo en bares y restaurantes? ¿Dónde está la responsabilidad del director de Inspección y Verificación, Pablo Llamas? Este lamentable suceso ocurrió a menos de 24 horas de otro incidente similar en el bar «Gasnesha», donde también hubo un enfrentamiento entre civiles en plena vía pública. Solo recordemos a Ganem que debe cuidar más sus pasos y los de su señora, Martha Rodríguez, a quien ya empieza a posicionar para una candidatura a diputación, que se espera sea federal.

¿Es posible que quienes ostentan el poder sean los protagonistas de estos actos de violencia?

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