Román Cepeda y su «segunda temporada»: reciclaje de funcionarios y paridad de ornato
A casi un mes de haber arrancado su «segunda temporada» como alcalde de Torreón, Román Cepeda finalmente anunció a su nueva tanda de funcionarios. Y como era de esperarse, pocos nombres son realmente nuevos. La mayoría son reciclajes, movidos de un escritorio a otro como piezas de un ajedrez político donde nunca cambia el tablero.
Un caso digno de mención es el de Amira Darwich, una funcionaria comodín que en la primera administración de Cepeda pasó por Garantías, Pensiones y hasta fue regidora suplente por unos minutos. Ahora, la colocan al frente del Instituto Municipal de la Mujer, tras la salida de Andrea Hernández, quien prefirió abandonar el cargo después de poco más de un año, quizá antes de que le tocara hundirse con el barco.
Paridad de género para la foto
Para justificar la narrativa de la equidad, Román incluyó en la foto de rigor a algunas funcionarias que hasta ahora habían pasado desapercibidas. Entre ellas destaca Cinthia Gaspar, ratificada en el Archivo Municipal, pese a que su experiencia laboral política es mínimase lo debe a sus vínculos con el PAN y Jorge Zermeño. Su trayectoria incluye su paso por el Museo del Ferrocarril, donde se causó daños irreparables al patrimonio cultural, permitiendo la destrucción de una maqueta histórica del Museo Nacional de Ferrocarriles. Sin consecuencias por este despropósito, fue premiada con el Archivo Municipal, generando temores de que su «talento» para desaparecer bienes históricos termine por afectar las esculturas de bronce resguardadas en esa dependencia.
Esta dirección también era anhelada por #LadyTemu, quien le tenía una velita encendida, pues amenazó con renunciar si su jefe, #LordFragmentado, no le cumplía la promesa de aumentarle el sueldo. Sin embargo, en lugar de ascender, la degradaron de directora a subjefa. Mientras ella pierde rango, su jefe lo gana: el año pasado cobraba como coordinador, pero ahora luce el flamante título de director de Comunicación Social. Se nota que tiene buenas relaciones con el tesorero o que su padrino mueve hilos de alto nivel.
En este juego de posiciones, el único que realmente salió ganando fue el exregidor de Morena, Cristian López, quien abandonó la 4T en plena campaña para sumarse a las filas de Román. Ahora, como premio, lo colocaron en Atención Ciudadana.
Los nuevos que no son tan nuevos
Entre los reciclados que seguirán en el gabinete están Napoleón Murillo en Alumbrado Público, Demetrio Zúñiga Sordo en Limpieza, Verónica Martínez Ramírez en Panteones Municipales, Neo Alberto García Vargas en Espacios Públicos, Francisco Javier Rojas González en Mantenimiento Urbano y Martín Chaúl en el Centro Histórico.
Los «nuevos» tampoco lo son tanto: Arturo Rangel Aguirre, nombrado en Pensiones, es el padre del exregidor priista del mismo nombre. Gerardo Viesca, amigo de los hijos de Román llega a la Junta Municipal de Reclutamiento. Víctor Ramos, antes en Prevención del Delito, ahora está en Plazas y Mercados. Blanca Álvarez, exregidora del PRD en alianza con el PRI, entra a la Unidad de Prevención Social. Natalia Hoyos Guerrero debuta en Turismo y Karla Rodríguez Lozano, quien ya estaba en la administración del rastro, ahora se queda con la dirección.
Donde se esperan más cambios en SIMAS, donde sigue cargando con Mario Prieto, gerente comercial, una piedra heredada desde los tiempos de Lauro Villarreal, hoy titular del SIMAS Rural, esta dependencia está siendo investigada por la ASE debido a anomalías en la búsqueda de más de 600 millones de pesos.
En resumen, la «segunda temporada» de Román Cepeda no trae sorpresas. Mismo libreto, mismos actores, ahora con un toque de «paridad» forzada para la galería. La única duda es si la trama traerá algún giro inesperado o si, como parece, solo veremos un refrito de episodios anteriores. Eso sí, alguien avísele al alcalde que aún le quedan otras tandas de nombramientos por hacer, aunque él no parece tener prisa.